Tu ejemplo nos acompaña

Foto: Gerardo Mayet Cruz

Papá:

Sé que esta, como las demás, va a llegar fuera de fecha. En el Alto Orinoco no hay cobertura, y lo sabemos; vienes a enterarte de nosotros, o nosotros a saber de ti, cada 25 días cuando sales de descanso a Tucupita, la capital del Estado. Pero no importa, acá celebramos el Día de los Padres –¿En Venezuela se celebra también, en igual fecha? y estás muy presente en nuestros corazones.

Hoy nos pusieron la última dosis de Abdala, menos a mi hermanita que por tener 18 años no le corresponde todavía. A ella, como a los demás estudiantes de Medicina, le han asignado una tarea muy bonita: hacer pesquisa diaria. Recorre un área extensa, pero se ve linda con su pantalón azul y bata de uniforme; parece una doctorcita y me hace sentir muy orgullosa. “Voy a ser como papá”, dice, y se lo creo. Lo que se propone, lo logra; a ser así nos enseñaste.

Te diré que tu nieta tiene ya cuatro meses y medio. Ahora sé lo que es ser mamá, o papá, que es lo mismo; porque tú lo fuiste con nosotras cuando el esguince de mamá. Te hiciste cargo de la casa, y hasta aprendiste a bañarnos. Recuerdo que cuando mamá se recuperó… yo quería seguir en lo mismo…

Me acuerdo tantas cosas, papá. De cuando nos llevaste de excursión. Fue una noche inolvidable. Nos enseñaste a ver el cielo, las estrellas… Luego nos acostamos dentro de nuestra casita de campaña –sin temor ninguno porque, en medio de la oscuridad, estábamos contigo– y Lorena miraba las estrellas… ¿Lo recuerdas?

Ya casi termino, pero antes tengo que decirte que Denise va a caminar muy pronto, tiene el círculo seguro, y yo podré reintegrarme al frente de mi aula en la Universidad, donde quiero trasmitirles a los alumnos los valores que nos inculcas cada día: tu sentido del honor revolucionario y profesional. Ese ser capaz de dejarlo todo –siendo el padre más amante de su familia– para irte adonde enfrentarás los mayores peligros, en el terremoto de Paquistan, en lo del ébola o ahora luchando contra la pandemia entre los indios Waraos.

Te admiramos tanto, papá. Y si de algo puedes estar convencido es de que tu ejemplo nos acompaña siempre. No sé si lograremos estar a tu altura, pero de que no aras en el mar…puedes estar seguro. ¡Felicidades, papá!: el más grande del mundo!

Otros artículos del autor:

Isla de la Juventud
Colaboradores:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *