Vivir una experiencia nueva era lo único que traían en común quienes apenas se conocían. Provenían de diferentes enseñanzas, centros laborales y lugares de residencia, mas compartían la motivación de formar parte de los Campamentos de Verano, iniciativa de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).
Así constituyó oportunidad ideal para llegar a sitios emblemáticos de la historia local, colaborar en actividades productivas y otras contempladas en un programa de cinco días que los adentró en una aventura nunca antes vivida.
De esa manera, y cual conga que enseguida los pineros pusieron apellido: “…–La Isla–”, los mayabequences se hicieron sentir en cada lugar visitado durante la “breve” e inolvidable estancia.
Otra vez la travesía en barco fue el entrante mejor degustado, aunque no era justo este el tipo de navío que en épocas atrás capitaneaban corsarios y piratas en aguas aledañas, en busca de los misteriosos tesoros jamás encontrados en el territorio insular.
Disfrutar de la gala cultural en la noche del dos de agosto en homenaje al aniversario 41 de haber sido proclamado el nombre de Isla de la Juventud y visitar el Monumento Nacional Presidio Modelo, devenido museo y Palacio de Pioneros, fueron algunos de los momentos más significativos, como bien lo catalogó Yudisleydis López Ricardo:
“Es la primera vez que estoy en la Isla y ha sido una experiencia muy enriquecedora. Ahí es donde se hallan las bondades de los campamentos de verano, los cuales nos permiten conocer otros lugares, propician el intercambio con jóvenes incluso de la misma provincia, porque estaban de todos los municipios, edades y sectores.
“Lo que más me gustó es la diversidad de actividades, desde la recreación, el conocimiento de la historia, sitios naturales, económicos, culturales…”, agregó Yudisleydis, quien trabaja en el Centro Nacional de Biopreparados, perteneciente a BioCubaFarma, dedicado a investigaciones y producción de medicamentos, en Bejucal, y del cual es secretaria general del Comité de la UJC.
Ella es solo una de los jóvenes cubanos que han merecido este reconocimiento por la organización que los representa y defiende sus deberes y derechos, pues desde diversos ámbitos son seguidores del legado de Fidel y garantía del futuro de la Revolución.
Entre unos y otros el comentario era casi siempre el mismo: “Encantador el viaje en catamarán, el bulevar es de los más bonitos…”. Así transcurrieron los días del primero al cinco de agosto, tiempo en que estuvieron alojados en la escuela América Labadí Arce, centro tomado como villa.
Lebelman Puerta González, primer secretario de la UJC aquí, los acompañó durante la estadía junto a otros dirigentes juveniles para concretar una experiencia que los impulsa y motiva más hacia el XI Congreso de la organización, que se celebrará en abril del 2020.
Aquí se nutrieron de una cultura que va desde el sucu suco pinero y la música tradicional caimanera hasta una historia de rebeldía devenida cambio definitivo en una Isla que será eternamente joven.
Fue en un viaje a lo real maravilloso de la ínsula donde, además, compartieron con autoridades locales y la población, porque es en esos detalles donde nuestro terruño muestra lo mejor.
La estancia fue breve, pero ni las tardes de lluvia impidieron descubrir los lugares más insospechados para ellos, a la vez que agradecieron por la “calurosa” y agradable acogida. Al final quedaron las amistades, encuentros y momentos inolvidables.