Torres hacen temblar una caballería

Los trabajadores escogen posturas de tomate para las nuevas áreas de siembra. Foto: Yesmani Vega Ávalos

Mucho se habla del aprovechamiento óptimo de las áreas de cultivo para incrementar los rendimientos agrícolas y por consiguiente el aumento de la producción de alimentos, una cuestión que en Cuba resulta cada vez más un tema de seguridad nacional.

Esta ínsula no escapa al poco aprovechamiento de las tierras entregadas en usufructo, aun cuando se realizan disímiles acciones para combatir ese mal de no emplearlas de manera óptima.

Sin embargo, no todos los productores arrastran ese flagelo, un ejemplo de lo contrario es la finca de Los Torres, ubicada frente a las petrocasas del consejo popular de Sierra Caballo.

Allí todo es trabajo y eficiencia en el uso del área, productividad y deseos de brindar mayor diversidad y cantidad de productos para el consumo de la población.

La finca es como se dice una postal de diferentes tonalidades de verde, tomate por allá, boniato, yuca, ají, lechuga y otras hortalizas por acá, cebolla y cebolla multiplicadora, un cultivo en expansión y de muy buena productividad.

En medio de toda esa diversidad encontramos al productor Carlos Torres Cruz, quien explica acerca de las bondades de este tipo de cultivo, sobre todo para el consumo social, parecido al ajo en cuanto a la cantidad de dientes y muy diferente al bulbo tradicional.

Recorremos junto a él las diferentes áreas y notamos el porqué no se deja de provechar un palmo de tierra y es el escalonamiento de los cultivos y no pierden tiempo en la preparación al terminar cada cosecha.

En medio de la conversación llega Lázaro Torres González, propietario e hijo de Carlos, quien lleva todos los controles económicos, de ahí que el diálogo gire sobre el cumplimiento de los planes durante el 2017.

“Hemos cumplidos todas las metas previstas tanto en cantidades como en surtidos en más de 60 toneladas, con entregas a instituciones, la Agroindustrial y para las ferias.

“Igualmente, señala, en la producción de carne de cerdo con unas nueve y con un peso promedio superior a los 98 kilogramos”.

Todo eso se logra con consagración y entrega y, sobre todo, tener bien en cuenta las necesidades alimentarias de la población.

Ahora sabrán por qué ese título, reflejo de lo que realmente acontece en esa caballería estremecida cotidianamente con nuevos cultivos y mejores cosechas para beneficio de los pineros.

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Isla de la Juventud
Pedro Blanco Oliva
Pedro Blanco Oliva

Licenciado en Literatura y Español en la universidad Carlos Manuel de Céspedes, Isla de la Juventud. Diplomado en Periodismo con más de 40 años en la profesión

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