Como nunca antes mis vecinos tocaron a la puerta de mi apartamento, por suerte, no era para ninguna emergencia, más bien para darme la noticia que cientos de pineros durante el transcurso de esta semana esperaban: ¡Llegó el café!
Como nunca antes mis vecinos tocaron a la puerta de mi apartamento, por suerte, no era para ninguna emergencia, más bien para darme la noticia que cientos de pineros durante el transcurso de esta semana esperaban: ¡Llegó el café!