A petición de Fidel Castro Ruz, en solo tres días Agustín Díaz Cartaya compuso el canto de combate que el líder del Movimiento 26 de Julio le encomendó. Esa creación, que trascendió las fronteras cubanas para hacerse universal, la intituló Marcha de la Libertad y quedó como nombre final: Himno del 26 de Julio.