Protegiendo a los habaneros, bendiciendo a la capital de todos los cubanos, se alza majestuoso, a 51 metros sobre el nivel del mar, el Cristo de La Habana.
Protegiendo a los habaneros, bendiciendo a la capital de todos los cubanos, se alza majestuoso, a 51 metros sobre el nivel del mar, el Cristo de La Habana.