La solidaridad está en el gen del cubano, es un sentimiento que corre por nuestras venas, cultivado de generación en generación y nos distingue adonde quiera que vamos. El huracán Ida provocó numerosas afectaciones en su tránsito por la Isla de la Juventud, la agricultura fue uno de los sectores más golpeados.
Dentro de todas sus actividades y programas, la infraestructura tabacalera sufrió considerables daños casi a las puertas de la campaña 2021-2022. Numerosas casas de cura de tabaco recibieron el impacto de los fuertes vientos, que provocaron derrumbes totales y daños en las tejas de cubiertas y paredes.
Ante tal panorama tabacaleros pineros pusieron rodilla en tierra y manos a la obra para recuperarse lo antes posible y no comprometer la contienda. Una ardua tarea quedaba por delante, pero llegó otro huracán de solidaridad desde Pinar del Río, la tierra del mejor tabaco del mundo, para restablecer lo que se perdió.
Arribaron hace poco, dejando atrás por un tiempo sus familias, pero con la convicción de cumplir la misión y aportar en el desarrollo de la Isla. Llegaron dos brigadas, precisamente del extremo más occidental de vueltabajo, Guane y Mantua. En total 15 hombres sumando ambos grupos, varios de ellos con la experiencia de haber auxiliado a otros territorios del país.
El jefe de brigada, Marcelino Reyes Álvarez, enfatizó en la necesidad de trabajar bastante, rápido y con calidad, teniendo en cuenta que la campaña está comenzando. “Vinimos –precisó– para ayudar a construir 63 aposentos de casas de tabaco y reparar otros 101. Es un número elevado y urge adelantar. Contamos con los recursos, sin embargo en ocasiones no llegan con prontitud”.
Destacó Reyes Álvarez que será una estancia larga de dos a tres meses por la cantidad de aposentos a restaurar. No obstante la disposición de los pinareños es dar el máximo hasta concluir.
“Estuve hace cuatro años en Villa Clara brindando una colaboración similar e hicimos un buen trabajo. Acá la atención y la acogida han sido buenas. Estamos planteando la posibilidad de que cada 24 días aquí, nos den seis o siete para viajar a Pinar. Con seis días emplearemos uno para el viaje de ida, cuatro en casa y el último de regreso. Estamos lejos del hogar y siempre se extraña la familia”.
Oyen Martínez Herrera, oriundo de Mantua, ponderó que en el grupo todos hacen de todo. “Somos carpinteros, ayudantes, motosierristas, es una brigada integrada por jóvenes en lo fundamental y aquí estamos con el compromiso de sacar la tarea.
“Conocemos la situación por la cual atraviesa la Isla y el país, ya prestamos ayuda en Villa Clara y quedaron contentos con la labor ejecutada. El tabaco aquí va a salir adelante porque los pineros tienen con qué, poseen la tierra, el personal, solo les falta un poco de recursos pero aquí estamos apoyando”.
Wilfredo Travieso, con nueve años como tabacalero, recalcó el alto espíritu de trabajo de la comitiva hasta cumplir la misión sin dar un paso atrás.
“Lo único que hace falta es que no merme la atención, teniendo los recursos, podemos hacer un puñado de aposentos antes de que se acabe diciembre. Es ardua la faena pero tenemos experiencia”.
Aseguró que mantienen el estricto cumplimiento de las medidas higiénico sanitarias para evitar contagios por covid 19 y las de seguridad para evadir accidentes en las alturas.
Recuperar la infraestructura tabacalera es de vital importancia por el impacto de ese rubro exportable para la economía y si la ayuda viene de quienes más le saben a la hoja, el éxito es seguro.
