Resolución decidida de año nuevo

Llegó el 2023 y desde los días finales del año viejo muchas personas están haciendo retrospectiva de lo que vivieron en los últimos 12 meses, que resultaron bien difíciles para el mundo entero. Con enero llegan nuevas motivaciones y la esperanza de un tiempo mejor.

Por esta época es común que los seres humanos reflexionemos acerca de lo que quisimos y no fue, de lo que logramos o no; de los sueños quedados en el camino y los proyectos que se limitaron a ser solo proyectos. Mas, vivimos días de comienzos, por ello es válido plantearse resoluciones de año nuevo.

Para no pocos estas suponen un inicio con el cual establecer renovadas metas de superación personal, mientras que otros se enfocan en un mejor año en lo profesional. Como sea, la idea es que no queden escritas en un papel o, incluso, en un pensamiento, sino de alcanzar las metas con éxito. El triunfo en los planes dependerá de cada persona, del empeño que ponga en cumplirlos.

A las resoluciones debemos acompañarlas de perseverancia y esperanza, el motor que mueve nuestras vidas porque sin deseos la gente se siente perdida, por eso quizá tenemos que tener claros nuestros objetivos y sueños a lograr, para imprimirle energía suficiente para afrontar el tiempo que está por venir.

Vivimos en medio de una tremenda crisis económica a nivel global y la tristeza presente debido a la pandemia. Las escaseces e incertidumbre abruman, preocupan y a los cubanos les toca continuar demostrando su capacidad de resistencia ante las adversidades después de un 2022 muy complejo.

Se nos convoca a Juntar y vencer en el propósito de construir un mejor país donde haremos realidad las resoluciones planteadas en estas jornadas de merecidos festejos.

Cuando llega el primero de enero el marcador se pone en cero y volvemos a tener 365 días para grandes realizaciones. Empecemos desde la alegría y el amor por la vida.

En los barrios y las comunidades en transformación y en la atención a las miles de personas en situación de vulnerabilidad seguirá latiendo la obra humanista de la Revolución. Sin embargo, no bastará con el deseo de hacer y fundar; habrá que hacer las cosas bien, cambiando cuanto sea necesario.

Si hemos afrontado golpes de la naturaleza, limitaciones materiales agravadas por el genocidio estadounidense, y reconocido y enfrentado nuestros propios errores sin doblar las rodillas, en el horizonte inmediato de la nación no pueden existir frenos internos que hagan crecer la mala yerba de las trabas sino propuestas de soluciones, pues en el 2023 tenemos el desafío inmenso de resistir, crear y vencer.

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Isla de la Juventud Opinión
Yojamna Sánchez Ponce de León
Yojamna Sánchez Ponce de León

Licenciada en Literatura y Español en la universidad Carlos Manuel de Céspedes, Isla de la Juventud. Diplomada en Periodismo

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