Renacer en enero

En enero de eterna recordación martiana y antorchas juveniles no sólo viene al mundo José Martí Pérez, primogénito de una familia pobre de españoles inmigrantes: Mariano y Leonor, aquel 28 de 1853 en la habanera calle Paula. Ese mes de 1892 también nacen de su compromiso documentos programáticos de su obra mayor.

Así surgía el Partido Revolucionario Cubano (PRC) para conquistar la independencia y justicia en Cuba y Puerto Rico y fundar la República nueva en la América Nuestra.

Aquel enero de 1892 escribe en Tampa las bases del PRC, que aprueban ese mes junto con los Estatutos secretos los clubes en esa ciudad construida por cubanos, Cayo Hueso, Nueva York, en labor que va a consumir los tres últimos años de los 42 que vive.

En su último enero (1895) también se repone del duro revés ante el fracaso del plan de Fernandina al ser confiscado por las autoridades de EE.UU, lo adquirido por los patriotas para invadir Cuba.

No se amilana y escribe a Gómez, que aguarda en Santo Domingo: “–Ahora, a otras formas. Se nos espera, –y será.” El 29 de enero envía a Juan Gualberto Gómez en La Habana la nueva orden de alzamiento simultáneo para el 24 de febrero, la última guerra independentista del siglo XIX y la primera desatada contra las ansias expansionistas del imperialismo.

A estos símbolos promisorios el territorio pinero une otros como el de una calle devenida en rejuvenecido paseo que además de llevar su nombre, él recorriera en vida, cuando apenas tenía de 17 años de encendida rebeldía, antes de ser desterrado a España.

Esa arteria, antaño llamada Real, es tan corta como el río Las Casas, paralela al cual corre de Sur a Norte, pero a diferencia de los pocos kilómetros del cauce fluvial, su latir es largo eintenso.

Así es desde el kilómetro cero de la villa capital del terruño que apenas cumplía cuatro décadas en el año (1870) en que llegó y la plazoleta donde cada semana las autoridades españolas pasaban lista a los deportados, quienes tenían “la ciudad por cárcel”, según rememorara Raymundo Cabrera, hasta cada esquina, como la irrigada por la sangre del primer mártir: Bruno Hernández (Ninones) durante un levantamiento que tuvo lugar el 26 de julio de 1896,para secundar la nueva etapa de lucha convocada por el Apóstol.

Entre los nacimientos de enero, los testimonios que atesora cada palmo de la calle que lo inmortaliza y la gente que anda con él por el mejoramiento humano y el cultivo de la virtud, revive Martí.

 

 

 

 

 

 

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Historia Isla de la Juventud
Diego Rodríguez Molina
Diego Rodríguez Molina

Licenciado en Periodismo en la Universidad de La Habana. Tiene más de 40 años en la profesión

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