Reflexiones de un jurista

El proceso de consulta popular del Proyecto de Constitución que se realiza en todo el país desde el pasado 13 agosto hasta el 15 de noviembre próximo ha suscitado en el terruño amplios debates en los barrios, centros laborales y espacios dirigidos a ello.

Jurista Rafael Alejandro Acanda Abascal
Foto: Gerardo Mayet Cruz

Por tal motivo el Victoria conversó con el experimentado catedrático y jurista Rafael Alejandro Acanda Abascal, quien participa junto a otros colegas como especialista en los dúos que conducen esas reuniones y nos ofrece sus reflexiones acerca del tema.

“Las consultas en los barrios son las que más me gustan porque las personas expresan lo que ellos quisieran ver en la Ley de leyes aunque muchos no saben que ésta no contempla todo sino que tiene un sostén normativo jurídico a aprobar después.

“En una asamblea reciente hablaron –y me gustó muchísimo esa intervención– de que la Constitución estableciera la obligatoriedad de trabajar, ya sea con el Estado, en el sector privado o en una cooperativa no agropecuaria, y lo ví muy acertado porque ese que no trabaja va al médico y no le cobran y también compra la misma cuota en la bodega que nosotros que sí trabajamos, y espera cinco o seis años para hacerlo antes de la edad de jubilación para recibir una chequera.

“Esas son cuestiones que hoy se están enunciando en la consulta, y es lo mejor que tiene este proceso porque es un proceso democrático, y esto me hace recordar a Martí: Yo quiero que la ley primera de la República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre. Esa dignidad a mi juicio, es el valor supremo de lo más referencial dentro del ordenamiento jurídico de la Ley. ¿Y por qué le digo eso? porque la Ley implica todo y por ello, el ejercicio de la ciudadanía.

“Hoy Cuba, en pleno siglo XXI no se puede dar el lujo de tener ciudadanos pasivos, a la expectativa de la política del país. Los ciudadanos tienen que ser activos, que pregunten, debatan, analicen, se equivoquen, así deben ser los cubanos y más en esta sociedad porque cuando se preguntan por las conquistas de la Revolución se dice la educación, la salud, el deporte, la cultura, pero nadie habla del Poder Popular, una de las más lúcidas, claras y lindas que tiene el país es la creación del Poder Popular y dentro de ese logro estamos hablando de los valores que están implícitos en esa dualidad.

“En la actualidad estamos necesitando de esos ciudadanos con sangre, patriotismo, activos, los mismo que hoy vemos en las cuadras pronunciándose por una ley de mayor rigurosidad contra los jóvenes desviados, problemáticos, que no estudian ni trabajan, con los cuales la Justicia no sea benévola y con efecto inmediato.

Respecto a este asunto, muy ventilado en las asambleas, debemos esclarecer entre las funciones de la escuela, la familia y la sociedad, pues en el hogar es donde se forma al hijo y no dejarle a las instituciones escolares la responsabilidad de formarlos.

“Martí decía –y se aviene a la actualidad–: Lo más difícil de una República es instruir a sus hijos en el cumplimiento cabal de la Ley. Y es que se debe enseñar la ley desde que somos niños y eso nos está faltando, a pesar de la existencia de miles de programas educativos encaminados a elevar la cultura jurídica”.

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