Proeza escrita con sangre en Isla de la Juventud

Los hilos de la historia conectan acontecimientos reveladores de las incontenibles ansias de libertad de los cubanos y de hazañas escritas con sangre como la del joven pinero Bruno Hernández Blanco, quien descolló por organizar las labores de milicias y reclutamiento en el Levantamiento independentista del 26 de julio de 1896, en la entonces Isla de Pinos.

Aunados por el sentido de justicia, Bruno Hernández y sus compañeros, entre ellos una mujer: Evangelina Cossío, hija de uno de los mambises deportados en este territorio, se enrolan en dicha acción en contra de los enemigos colonialistas.

Ese día, los revolucionarios ponen a su favor la celebración de la Santa Ana –matizada de festividades en las que la población pernoctaba– y maniobran sin levantar sospechas.

El bullicio y las carreras de cintas a caballos daban colorido al jolgorio en Nueva Gerona, oportunidad única para agrupar a los jóvenes con cabalgadura que partieron del poblado de Santa Fe.

A su vez, la agraciada Evangelina Cossío,aún sin alcanzar los 20 años, aprovecha las atrevidas promesas de amor del coronel español José Bérriz  –jefe de guarnición y hombre de confianza del Capitán General de Cuba Valeriano Weylery Nicolau– para invitarlo a su casa con el fin de que fuera apresado por otros combatientes y  lo obligaran a que hiciera rendir a los soldados del cuartel, todo lo cual fracasó.

Al llegar Bruno a San Clemente (hoy calle 26) se le unieron deportados que lo esperaban en San Clemente y calle del Río, para acercarse al cuartel de caballería (hoy seminternado Josué País) que ocupaba la manzana Vives, en cuya esquina reciben una lluvia de plomo proveniente de una patrulla que se encontraba cercana a la esquina 37, la cual provocó el embotellamiento del grupo en la estrecha calle, desorganizándolo al ser castigada su vanguardia.

La avanzada queda separada del grueso de los asaltantes y es obligada a cabalgar hasta la calle Pinillos, donde había soldados españoles. No obstante, trata de romper el cerco y en la esquina cae Bruno Hernández.

Comienza la cacería de los protagonistas de los hechos; algunos consiguen refugiarse en las lomas, pero fueron delatados y la mayoría asesinados, solo Bruno cayó en la acción.

A pesar de haber sido frustrado, el levantamiento trasciende como uno de los sucesos más gloriosos ocurridos en esta parte del suelo patrio.

El coraje y patriotismo demostrados con aquellas acciones de los pineros y deportados constituyen fuente de inspiración para las nuevas generaciones que, junto a combatientes, autoridades y el pueblo pinero en general, se encuentran cada 26 de julio en el sitio donde fue acribillado Bruno, para salir en peregrinación hacia el obelisco que se erige en el cementerio de Nueva Gerona y rendir tributo a quienes dignificaron la lucha de la nación cubana por su soberanía.

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26 de Julio Historia Isla de la Juventud
Mayra Lamotte Castillo
Mayra Lamotte Castillo

Licenciada en Periodismo en la Universidad de La Habana; tiene más de 40 años en la profesión.

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