Por su sonrisa siempre feliz

¿De dónde proviene la sonrisa traviesa enredada en los labios de un niño? Tal vez emana de la inocencia escondida en el corazón o de la osadía atrapada en el acto ingenuo de sus chiquilladas; y en esa forma tan mágica de engendrar maravilla en lo más simple, radica lo maravilloso de la infancia.

Ven ya los nacientes destellos de luz este primer día de junio y, con él, el Día Internacional de la Infancia. Una vez más, como en el último año, todo se resiste a ser normal, salvo la alegría de quienes no vacilarán en guardar en sus memorias una celebración sin par.

A la fuerza, la pandemia de la covid19 hace de este un episodio distinto y trastoca cualquier posible celebración, mas en Cuba algunas cosas no cambian, aun desde el confinamiento en el hogar nuestros niños y niñas sonríen y hacen sonreír.

Es por sonrisas felices como esas que hace 65 años la Asamblea General de las Naciones Unidas instituyó esa ocasión consagrada a la fraternidad y comprensión entre los infantes de todo el mundo, a la vez que se acordó que cada país debería promover acciones que involucrasen de forma directa a los pequeños de cada hogar.

Hoy, los niños cubanos, quienes reciben los cuidados y la protección que merecen y necesitan, con sus peculiares formas de ver el infinito inventan cómo escapar, al tiempo que sueñan cuánto harán de retorno a la normalidad.

Con su capacidad de enseñarnos a ser felices, a exigir y conquistar con todas las fuerzas aquello que desean, solo ellos pueden llevar el universo agolpado dentro del pecho y abrirlo con el poder de virárnoslo al revés y paralizar con su juego el tiempo en el cualquier espacio.

En nuestro país se ve por sus ojos, porque ellos miran al futuro; por ello, hoy, esta celebración ha de constituir un motivo más para seguir sujetando los deseos, estar debajo de sus sueños y regalarles la vida a quienes más que todo nos devuelven imaginación y alegría; eso solo puede nacer de un niño, porque
–como dijera Martí– “…son los que saben querer, porque los niños son la esperanza del mundo”.

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Isla de la Juventud
Casandra Almira Maqueira
Casandra Almira Maqueira

Licenciada en Estudios Socioculturales en la Universidad Jesús Montané Oropesa, Isla de la Juventud

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