No puedo respirar.
Aparta el odio de mi garganta.
Detrás de esa colina una familia espera mi voz, deja que el aire nos regale una flor.
Duele tu rodilla en mis venas.
Tengo siglos de golpes en la espalda.
Por la herida salen pájaros cautivos y muertos inocentes.
Dame un poco de viento para fletar barcos en los ríos…
también tú fuiste un niño sin amor a la muerte de un desconocido.
No me mates para que tú, al fin respires.
(*) Colaborador y profesor de la Universidad Jesús Montané
Conmovedor y al mismo tiempo con un fuerte mensaje de denuncia del hombre negro ante tantos años de injusticia , abuso y segregación.