Plazas martianas frente al ultraje

Los destacamentos juveniles de los CDR en la Isla de la Juventud dan una digna respuesta al ultraje a Martí con la creación de plazas martianas en los barrios en este enero.

No solo con palabras responden desde la Isla de la Juventud al insulto alentado desde Miami al Héroe Nacional

Ya no solo circulan en redes sociales las imágenes de los recientes ultrajes cometidos contra José Martí y que tanto indignan a los cubanos y a personas de otras nacionalidades que admiran a ese hombre universal, sino que un sitio como CubaenMiami afirme que: “…el gesto (de delincuentes de marras) busca reivindicar la figura del Héroe Nacional de Cuba en vez de mancillarlo”.

El insulto no puede ser mayor para Cuba, su pueblo, el respeto que merecen los héroes y mártires de la historia patria –ejemplos de la resistencia y la valentía de la nación– y la Humanidad toda.

Me sumo a la denuncia del presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel, quien repudia la ofensa y comparte en su perfil en Twitter el artículo cuyo título desnuda la injuria: “No merece llamarse cubano quien mancilla su más profunda raíz”, publicado en Cubadebate, que destaca al Apóstol como símbolo de la nación.

Martí nos acompaña sin que nada pueda disminuirlo o negarlo, porque en él habita la verdad de millones de que la Patria, como ha dicho el poeta CintioVitier, “es ese misterio clarísimo e intocable (…). Clarísimo misterio digo, porque no necesita de ningún análisis; intocable, porque ningún ‘oprobio’ ni ‘afrenta’ puede mancharlo”.

Martí es escudo, estandarte para quienes soñamos cada día hacer una Cuba mejor; honrando la Patria, entendida como “ara y no pedestal”, y que hará suyo, mediante el puño de hierro, si fuera preciso, el verso del hijo pródigo “mientras más honda la herida, es mi canto más hermoso” y será un coro gigante escuchado como una sola voz.

Sufrase elocuente: “Ha de ser limpia la casa, y la conducta” nos guía para no dejar pasar al gigante de las siete leguas con sus insaciables apetitos imperiales ni sus mercenarios disfrazados, y construir la República donde “la ley primera… sea –y es– el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre”.

No es casual que en esta guerra contra los símbolos que nos sostienen y honran, uno de sus blancos sea Martí con difamaciones constantes.

Al Apóstol han ofendido los enemigos de otras maneras desde hace mucho, como con Martinoticias, descendiente de los planes subversivos anticubanos –los fracasados Radio y TV Martí– desde cuando no existía Internet, devenido otro de los receptores del sucio financiamiento del gobierno estadounidense.

Mas, la respuesta no solo la damos los cubanos en palabras firmes, sino con acciones y gestos de compromiso y gratitud a ese hombre de todos los tiempos, como la de los muchachos de los destacamentos juveniles Aniversario 60 de los Comités de Defensa de la Revolución que en este enero trabajan en la creación de plazas martianas en barrios, para dar vida al Maestro en actividadesque contribuyan a acercar máslos niños y jóvenes a su hondo pensamiento antimperialista y obra universal.

Con él desfilaremos en la tradicional Marcha de las Antorchas el venidero día 27, víspera del 167 aniversario de su natalicio, desde el Monumento Nacional El Abra, testigo de su presencia aquí, y en el andar de cada día hacemos realidad su llamado al mejoramiento humano, a la utilidad de la virtud y a consolidar una nación con todos y para el bien de todos.

Son diversas las acciones de los pioneros que honran al Apóstol.

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Isla de la Juventud José Martí
Diego Rodríguez Molina
Diego Rodríguez Molina

Licenciado en Periodismo en la Universidad de La Habana. Tiene más de 40 años en la profesión

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