Para restituir al árbol caído

La pérdida de numerosos árboles por el azote del huracán Ida ha puesto a pensar a no pocos preocupados por cómo reponerlos dada la importancia de estos para la salud, la alimentación y como aportadores de variadas frutas, aguacate y fruta del pan.

De igual manera ellos contribuyen a la oxigenación de la atmósfera, al refrescamiento y la oportuna sombra, la protección de los suelos, el rescate del paisaje natural y otras muchas razones que hacen imprescindibles a esa floresta que tanto embellecen a nuestros poblados.

Algunos recuerdan las jornadas de reforestación que realizaban barrios y comunidades y cómo se organizaban de conjunto con la Agricultura las siembras de árboles frutales, ornamentales y maderables, que podrían retomarse a partir de un útil movimiento popular para engalanar de la mejor manera natural cuadras, placeres y no pocos lugares públicos, por supuesto a la distancia prudente de las redes eléctricas y de telecomunicaciones, así como edificaciones para no afectarlas cuando crezcan.

Esta labor puede constituir un gran aporte de entidades, cooperativas y la población a la oxigenación del planeta y a revertir el cambio climático que amenaza al mundo.

Como parte de esas jornadas de antaño se plantaban por vecinos y trabajadores más de 12 especies de árboles, como ocuje, mango, cedro y palmacia, y se reforestaban cuadras, escuelas, centros laborales, carreteras y vías de acceso a las comunidades, que tanto agradecen el vecindario y sobre todo las futuras generaciones.

Otros lugares escogidos, en correspondencia a las características del entorno, podrían ser granjas pecuarias, unidades básicas de producción cooperativa y tramos de la autopista.

Las posturas se garantizaban por la dirección de Áreas Verdes y hoy muy bien podrían proporcionarlas Forestales y la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar para plantar en jornadas que se convoquen y que estoy seguro tendrían el protagonismo de jóvenes y niños.

Sería una buena contribución no solo a la salud, sino también a la cultura, a la economía y al reordenamiento ambiental.

La reforestación es el repoblamiento o establecimiento de especies arbóreas o arbustivas, nativas o exóticas, con fines de producción, protección o provisión de servicios ambientales, sobre suelos que pueden o no haber tenido cobertura forestal.

Conozco que algunos, además de pensar en esa necesidad, han emprendido acciones en ese sentido, pero la tarea no debe quedarse en la espontaneidad, muy provechoso sería fomentar un movimiento popular que compulse iniciativas encaminadas a reponer y multiplicar sin mucho formalismo esas necesarias áreas de sombra, de frutos tan diversos como demandados y de embellecimiento natural y espiritual.

Entre las tres cosas que José Martí recomendó que cada persona debiera hacer durante su vida, mencionaba, en primer lugar, “plantar un árbol”.

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Huracán Ida Isla de la Juventud
Diego Rodríguez Molina
Diego Rodríguez Molina

Licenciado en Periodismo en la Universidad de La Habana. Tiene más de 40 años en la profesión

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