
Flores de corazón lanzó el pueblo pinero en simbólico recuerdo al Señor de la Vanguardia este 28 de octubre, cuando las indicaciones vigentes para el enfrentamiento a la covid-19 impidieron la tradicional peregrinación y la concentración de personas, en especial de los pioneros, no así las iniciativas.
El homenaje fue diferente, pero no menos profundo; era día de admiración y recordación a Camilo Cienfuegos Gorriarán en el aniversario 61 de su desaparición física.

La plaza el Pinero contó con sillas para una composición reducida de representantes de colectivos laborales y organizaciones políticas y de masa, entre ellos la invitada especial Martha Rodríguez Martínez, hija de Félix Rodríguez González, escolta personal que perdió su vida junto al Comandante del sombrero alón.

Yánder Zayas Pérez, primer secretario de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), al pronunciar las palabras centrales, expresó: “Los jóvenes somos continuidad, aquí no hay ruptura. Los jóvenes seguiremos apoyando al Partido, a la Revolución y a nuestro Socialismo. Trabajaremos desde cada puesto para ser más eficientes y productivos, para hacer entender que aquí no se rinde nadie. Seguiremos siendo continuadores de la obra de Fidel, Camilo y Che”.

La alegórica evocación al Comandante del pueblo, contó con la presencia de Zunilda García Garcés, primera secretaria del Comité Municipal del Partido, y Adiel Morera Macías, intendente, quienes hicieron entrega a un grupo de compañeros de los carnés que los acreditan como militantes de la UJC y el Partido.
El Héroe de Yaguajay tuvo en esta ocasión un homenaje sin precedentes, los escenarios para este fueron otros preñados de iniciativas para honrarlo, porque la Patria no lo deja morir, porque se volvió huella eterna en los niños que con el paso del tiempo se convirtieron en hombres y mujeres seguidores de su paso de vanguardia.

Camilo partió con solo 27 años, pero en ese corto tiempo pudo lograr, aun seis décadas después de su desaparición física, vivir en cada cubano, quienes aprendieron que mientras tengamos la libertad de amar y andar el mismo suelo y la voluntad de conquistar el mismo sueño, marcharemos juntos y unidos, apostando todo –incluso la vida, como él– por Cuba.