Moscú (Prensa Latina) El reciente anuncio de Estados Unidos sobre la creación de armas hipersónicas, lleva a repasar el proceso de modernización de las fuerzas armadas de Rusia con recursos financieros sustancialmente menores y resultados más visibles.
Como afirmó en febrero último el presidente Vladimir Putin al intervenir ante ambas cámaras de la Asamblea Nacional, Rusia dejó atrás su papel de nación que buscaba emparejar fuerzas para situarse, por primera vez, como líder del desarrollo de algunos tipos de armamentos.
Putin recordó que, incluso, en tiempos de la Unión Soviética siempre se buscó superar el armamento norteamericano. Con los misiles hipersónicos anunciados en marzo de 2018, Rusia creó un tipo de armas nuevas y para este año ya integró parte de ellas a sus fuerzas armadas.
Observadores locales destacan que el anuncio hecho por el presidente estadounidense, Donald Trump, se produce en medio de los efectos de la pandemia de Covid-19, que creó una catástrofe epidemiológica y puso en inferiores condiciones a la economía del país norteño.
Trump, comentan instituciones de análisis político rusas, busca reducir el daño electoral que representa la situación creada en su país, a pocos meses de las elecciones presidenciales de noviembre próximo, aunque los expertos ponen en duda la veracidad de sus palabras.
De hecho, el mandatario norteamericano señala que el misil hipersónico creado para el Pentágono sería superior a otros análogos en el orbe y habla de una velocidad superior siete veces a la del sonido, aunque el complejo coheteril ruso Avangard, la supera en 27 veces.
Así, Avangard podría viajar a una velocidad de 30 mil kilómetros por ahora, en un vuelo, en el cual puede tomar forma de plasma, sin dañar el compartimento donde se encuentra la carga explosiva útil, tanto convencional como nuclear.
El referido complejo puede maniobrar, tanto en altura como en direcciones laterales, antes de destruir el objetivo, lo cual lo hace inatrapable para todos los tipos de sistemas antiaéreos o antimisiles existentes hasta ahora.
De hecho, Putin explicó en su momento que armamentos como el Avangard se elaboraron como una respuesta de Rusia al costoso programa, iniciado en tiempos del republicano George W. Bush, para crear un escudo antimisil global.
El complejo Avangard fue puesto en la guardia combativa de una compañía coheteril de la provincia rusa de Orenburgo y en este año debe extenderse a otras regiones estratégicas.
Además, Rusia ya armó al menos una escuadrilla de interceptores modernizados MIG-31K con misiles hipersónicos Kinzhal (Puñal) que puede viajar dos mil kilómetros a una velocidad superior en al menos 10 veces la velocidad del sonido.
Expertos citados por la publicación digital Voennoe Obozrenie consideran que las declaraciones de Trump podrían referirse a un misil para el cual se habrían hecho pruebas con los bombarderos estratégicos B-52.
Rusia desarrolla, además, el misil hipersónico Tsikron, que en un principio será para nuevos submarinos atómicos de la serie Yasen, del proyecto 885M, y contará con un alcance de mil kilómetros.
Como parte del programa de modernización de más del 70 por ciento de las fuerzas armadas rusas hasta 2027, se realizan las últimas pruebas en el terreno del complejo antiaéreo y antimisil S-500, que según los expertos rusos, carece de análogos en el orbe hasta el momento.
De acuerdo con la revista norteamericana The National Interest, el S-500 es un motivo de gran preocupación para los impulsores del programa relacionado con el caza de quinta generación norteamericano F-35, el cual se encuentra en plena fase de promoción para su venta a otras naciones.
La prensa rusa destaca que, a raíz del conflicto surgido entre Turquía y Estados Unidos, por la decisión del primero de adquirir los complejos S-400 de esta nación, Washington amenazó con suspender la venta de los F-35 a Ankara, pese a la participación turca en su elaboración.
De hecho, los empresarios estadounidenses denunciaron que el déficit de piezas que debió proporcionar el país euroasiático en el referido programa podría llegar a unas 80 mil nominaciones, lo cual obligó a reducir el ritmo de producción de los cazas de quinta generación.
The National Interest destaca que, en caso de confirmarse una posible capacidad de los S-500 para destruir aviones con tecnología Stelth (para hacerlos invisibles a los radares), ello sería un duro golpe para el multimillonario proyecto del F-35.
Los S-500, según la escueta información a que se tiene acceso hasta ahora, pueden destruir misiles supersónicos, cohetes balísticos a una distancia de 600 kilómetros y lidiar con 10 blancos a la vez, cuya destrucción la determina un sistema automático del citado complejo.
El techo del S-500, que en este año debe entrar en la guardia combativa, es de unos 250 kilómetros, es decir, puede destruir objetivos que vuelan en la estratósfera, afirman los especialistas. Como todos los complejos de esa familia de antiaéreos, son de plataforma móvil.
A ello se suma el submarino atómico Belgorod, de 184 metros de largo y portador de los drones-sumergibles Poseidon, así como los aviones drones superpesados Ojotnik (Cazador), de 20 toneladas de peso y con capacidad para lanzar bombas de precisión.
El programa de modernización incluye la producción en serie de los cazas multifuncionales de quinta generación SU-57 y otros armamentos de la flota, la aviación y las fuerzas terrestres que de conjunto rondan los 190 mil millones de dólares para los próximos siete años.
La Casa Blanca solo para este año prevé gastos de defensa por más de 700 mil millones de dólares. La respuesta de Rusia siempre será asimétrica, tanto en gastos como en armamentos, ante los planes bélicos de Estados Unidos, afirmó Putin en su momento.
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