Ordenamiento monetario, clave en la nueva estrategia socioeconómica de Cuba

La Tarea Ordenamiento que incluye la eliminación de la dualidad monetaria y cambiaria en Cuba. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

El ordenamiento monetario y cambiario en Cuba tiene un carácter interdisciplinario y transversal, incluye la unificación monetaria y cambiaria, la eliminación de los subsidios excesivos y gratuidades indebidas, así como la transformación de los ingresos, y su aplicación es una necesidad impostergable y un paso imprescindible para avanzar en la estrategia económica del país.

Como dijera el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, la unificación monetaria y cambiaria no constituye la solución mágica a los problemas económicos y financieros, “pero sí nos debe conducir a la elevación de la productividad del trabajo y a un desempeño más eficiente de las fuerzas productivas”.

Para brindar al pueblo una información inicial sobre la Tarea Ordenamiento, que incluye la eliminación de la dualidad monetaria y cambiaria del país, comparecen en la Mesa Redonda el vice primer ministro, Alejandro Gil Fernández, y el jefe de la Comisión de Implementación de los Lineamientos, Marino Murillo Jorge.

La transformación que la economía necesita para el bien del país y nuestra población

Vice primer ministro, Alejandro Gil Fernández, este martes 13 de octubre en la Mesa Redonda. Foto: Roberto Garaicoa/Cubadebate.

Uno de los elementos más importantes de la estrategia económica y social es el ordenamiento monetario en el país, recordó el vice primer ministro, Alejandro Gil Fernández, al iniciar su intervención en la Mesa Redonda, y añadió que es una transformación que la economía necesita para el bien del país y nuestra población.

En esta información inicial a nuestro pueblo sobre el ordenamiento monetario, el vice primer ministro recordó una frase de Raúl Castro en la clausura del décimo periodo ordinario de sesiones del Parlamento, en diciembre de 2017:

“Aunque la eliminación de la dualidad monetaria y cambiaria por sí misma no solucionará mágicamente todos los problemas acumulados en la economía cubana, constituye el proceso más determinante para avanzar en la actualización del modelo económico cubano por el impacto que tendrá en todas las esferas del quehacer económico y social de la nación. Sin resolver eso, es difícil avanzar correctamente.

“Debemos ser capaces de, a la par que unificamos el sistema monetario, superar las distorsiones existentes en materia de subsidios, precios y tarifas mayoristas y minoristas, y como es lógico, las pensiones y salarios del sector estatal”.

Gil Fernández afirmó que para este proceso, con una estrategia en la que se viene trabajando hace algunos años y para cuya implementación se han ido creando las condiciones, Cuba cuenta con un sector estatal con cierto nivel de desarrollo.

“Se necesita lograr un encadenamiento productivo entre ambos sectores: estatal y no estatal, en condiciones similares, junto a otros actores económicos, así como incentivar las exportaciones”, señaló.

¿Por qué el ordenamiento monetario?

Marino Murillo Jorge, jefe de la Comisión de Implementación de los Lineamientos. Foto: Roberto Garaicoa/Cubadebate.

El jefe de la Comisión de Implementación de los Lineamientos, Marino Murillo Jorge, comenzó su intervención en la Mesa Redonda explicando que se trata de un tema complejo y transversal en la economía y la sociedad cubanas.

“Hay personas que piensan que el día que resolvamos la dualidad monetaria y cambiaria, se resolverán automáticamente todos los problemas de la economía”, pero “esto en automático no va a resolver todos los problemas de la economía cubana, que, como todos sabemos, tiene problemas estructurales en los que que habrá que continuar trabajando”.

Otra de las características de este proceso –continuó–, es que “cuando se toma la decisión y se inicia, no se puede virar atrás; hay que seguir con él, rectificando desviaciones. Económicamente, no es posible revertirlo”.

“Eso nos obliga a trabajarlo con mucho cuidado y rigor. En este proceso están creados 14 subgrupos de trabajo, donde participan más de 200 compañeros de diferentes organismos y académicos. Incluso, hemos consultado experiencias internacionales. Esta es la primera vez que abordamos estos temas en público, pero no es suficiente, habrá que ir explicando y aclarando poco a poco”.

Aclaró que, como otros procesos económicos y sociales tan grandes, este no está exento de riesgos.

“¿Por qué el ordenamiento monetario? Tenemos hoy un entorno monetario en el que es muy difícil que la economía funcione, digamos, de manera natural, tanto por el entorno monetario como las deformaciones estructurales. Eso lleva a que tengamos que hacer una conducción de la economía muy administrativa”.

Al respecto, mencionó fenómenos como las deformaciones en la formación de los precios. Tenemos un sistema de precios que no da señales claras del mercado a los productores. No quiere decir que Cuba vaya a una economía de mercado, pero el mercado existe independientemente de la voluntad nuestra, y a los productores les tienen que llegar las señales de ese mercado: si yo produzco algo, tengo que saber quién está dispuesto a comprar dichos productos”.

Los precios, aseguró, son una categoría sintética de la economía y en la formación de precios, tanto mayoristas, como minoristas, “tenemos muchas deformaciones”.

Históricamente, hemos usado un método de formar precios que es un margen de utilidad sobre los costos o sobre los gastos totales. “Eso, por supuesto, tiene deformaciones. No están correlacionados con el mercado mundial, es muy difícil comparar si una producción en Cuba es tan eficiente como su importación”.

Murillo se refirió al tema de los déficits salariales acumulados, partiendo del principio de que el salario tiene que cubrir las necesidades del obrero y su familia. “Tratando de resolver este asunto y sin haber hecho durante mucho tiempo una reforma salarial, se han venido tomado un grupo de medidas parciales, por sectores, no integrales, que de alguna manera resolvieron ciertos problemas en su momento”.

En la economía cubana, por ejemplo, existen casi 900 000 personas que tienen sistemas de estímulo en CUC, de entre 12 y 18 CUC por trabajador.

“Hay algunos que ganan 40; otros, menos. Pero como el tipo de cambio es 1×1, la empresa le paga al trabajador 10 CUC, este va a Cadeca (con tipo de cambio 24×1) y adquiere 240 pesos (CUP). El trabajador adquiere 240 pesos, y para los costos de la empresa solo son 10. Él aumenta la capacidad monetaria en Cadeca.

“No son tres o cuatro trabajadores, son 900 000. Y se preguntan hoy cómo quedarán sus ingresos en CUC, que multiplican por 24, cuando llegue la unificación monetaria y cambiaria y la reforma de salarios”.

Murillo se refirió también a la deficiencias en el sistema empresarial, “que no son pocas”. Por ejemplo, hay problemas de gestión, restricciones administrativas durante años que han acumulado un nivel grande de ineficiencia; problemas de incentivos a los exportadores y desequilibrios macroeconómicos.

Sobre este último, se refirió a los elevados déficits fiscales que se han debido aprobar en los últimos años, debido al alto nivel de transferencia del presupuesto del Estado al sistema empresarial, que “en gran medida está provocado por la dualidad cambiaria”.

Por ejemplo, una empresa exportadora vende en 500 dólares una tonelada de lo que produce, pero en pesos, cuando se suman los costos de importación y los nacionales, que incluyen el salario, el precio de esa empresa es 1000. Como el tipo de cambio es uno, recibe 500 pesos, y hay un déficit de los otros 500 pesos. Al no ser responsabilidad de la empresa, ese déficit es cubierto por el presupuesto del Estado.

A esto nos referimos, explicó, “cuando decimos que existe una alta transferencia del presupuesto del Estado hacia el sistema empresarial. Pero el presupuesto del Estado está para recibir del sector empresarial, en términos de impuestos por utilidades, por uso de la fuerza de trabajo, por rendimiento de la inversión”.

Con respecto al mercado internacional, Murillo señaló que para poder decir que una producción cubana es competitiva en el mundo, se acude a la solución ficha-costo-empresa (tomar el estado de los gastos de la empresa) y ficha-costo-país (tomar lo que la empresa paga en moneda nacional, hacerle un cálculo en dólar, expresarlo en dólar y compararlo con el mundo). Realmente es muy complejo”.

Un proceso complejo que representa una gran carga para los contadores en el sistema empresarial e institucional. La ficha de costo, por ejemplo, se debe presentar al Ministerio de Finanzas, se revisan los gastos, se aprueban o no. “No es un proceso por vía natural, de que yo exporté y me dieron el ingreso que me corresponde”.

Aunque se le ha ido buscando solución al problema poco a poco, es aún por vías administrativas y muy complejas.

“El entramado institucional que ha generado la dualidad monetaria y cambiaria en Cuba, no pensemos que se puede desmantelar en el corto tiempo por voluntad y fuerza de un grupo de personas. Todo esto tiene después efectos en las personas”.

Murillo insistió en que todas las medidas que se tomaron antes y durante los años más duros del Período especial, en su momento tuvieron un efecto positivo.

“No se trata de ponernos a criticar todo lo que se ha hecho. Lo que sucede es que con tantas medidas tomadas de forma parcial, no hay modo de avanzar en las transformaciones que requiere la economía, sin ordenarlo todo, y por eso se llama ordenamiento monetario.

“Tenemos que buscar equilibrios macroeconómicos, reducir los déficits presupuestarios, hacer que el sistema empresarial sea más eficiente, pero en estas condiciones es muy complejo”, subrayó. “Estas complejidades desde el punto de partida, son las que demoran la toma de un grupo de decisiones”.

El  jefe de la Comisión Permanente para la Implementación y el Desarrollo de los Lineamientos dijo que “el problema no es tan sencillo como devaluar una moneda y quitar la otra. Hay un grupo de interrelaciones”.

“Sabemos que la población dice que ha sido un proceso muy demorado, algunas personas lo entienden más y otras menos. Luego, cuando uno lo explica, algunos logran comprenderlo; otros, no obstante, dicen que hay que acelerarlo”, afirmó.

Murillo recordó que en los dos últimos congresos del Partido han existido lineamientos relacionados con la Tarea Ordenamiento. En el VI Congreso del PCC, el lineamiento 55 dijo que se avanzaría hacia la unificación monetaria y cambiaria; mientras que el VII Congreso el mandato que realizó en su lineamiento 40 fue concluir el proceso de unificación monetaria y cambiaria.

“Son casi 10 años en todo este proceso”, dijo.

“Este proceso tiene un impacto en todos los ámbitos. En la preparación han participado especialistas, funcionarios, académicos y directivos de instituciones y sectores en su concepción. No siempre coinciden los criterios, hay diferentes formas de enfrentar este problema en una economía, pero poco a poco hemos ido llegando a un consenso”.

¿Por qué en estos momentos?

En la Mesa Redonda, este martes 13 de octubre de 2020 se brindó la información inicial sobre la Tarea Ordenamiento, que incluye la eliminación de la dualidad monetaria y cambiaria en Cuba. Foto: Roberto Garaicoa/Cubadebate.

Sobre esta pregunta, Murillo apuntó que no es posible avanzar en las otras transformaciones de la economía si no se ordena monetariamente el país.

“En el entorno de la crisis mundial que estamos viviendo, con el efecto de la COVID-19 y los decrecimientos en las economías, nosotros creemos que no podemos seguir esperando, por problemas prácticos. ¿Qué pasa si la situación empeora? El bloqueo está arreciando más que nunca, y los compañeros que estamos trabajando estos temas colegiamos que no es posible enfrentar otras cosas si no logramos un ordenamiento monetario para poder avanzar en temas más profundos en el modelo económico”.

En este sentido, habló del desarrollo de las cooperativas no agropecuarias. En Cuba, dijo, el cooperativismo no era un fenómeno ajeno, pero estaba sobre todo en el sector agropecuario. “Se comenzó un experimento en las cooperativas no agropecuarias, el cual se ha demorado mucho, ha tenido múltiples deformaciones que ya están estudiadas”.

“Imaginemos que creamos una cooperativa de la construcción que oferta servicios de la construcción en CUP y en CUC, y además tiene cuentas en ambas monedas. Ahora, una unidad presupuestada le sirve como inversionista para una labor constructiva.

“A esta entidad, el presupuesto del Estado le aprueba un presupuesto en pesos, pero con esos pesos compra CUC. Si tuviera que devengar 20 000 CUC por una obra (el tipo de cambio es 1×1), que compra con 20 000 pesos. Paga los 20 000 CUC a la cooperativa, y como esta tiene cuenta tanto en CUP como en CUC y cambia al tipo de cambio de Cadeca (1×24), va a Cadeca con los 20 000 CUC, los cambia a 1×24 y le paga a cualquier trabajador 10 000 o 12 000 pesos de anticipos mensuales. Luego vas y comparas eso con el salario de un albañil estatal, que solo gana 385 pesos”.

“Se desfavorece a unos actores económicos frente a otros”, dijo.

La complejidad de este entramado va mucho más allá. Siguiendo el ejemplo, el economista refirió que en el sector presupuestado se produjo un ahorro, ya que con 20 000 pesos tuvo una capacidad de pago de 20 000 x 24; mientras que la cooperativa tuvo un ingreso que no necesariamente tuvo que venir de su eficiencia.

“Cuando cualquier actor económico tiene beneficios en términos de gastos, o tiene beneficio en términos de ingresos por la diferencia de tipo de cambio, eso se llama en economía arbitraje, que distorsiona esa realidad”, puntualizó.

Si bien la entidad presupuestada tuvo un ahorro y la cooperativa tuvo un ingreso, “pero al que sí castigamos fue al exportador, porque cuando exportó los 500 dólares solo recibió 500 pesos y para que no tenga pérdida, el presupuesto del Estado tiene que poner los otros 500”.

“No podemos seguir avanzando en las transformaciones de la economía, si no tomamos decisiones sobre estos temas, con las complejidades que tienen y los efectos que pudieran tener en la población”, afirmó.

¿En qué consiste el ordenamiento monetario?

“¿En qué consiste el ordenamiento monetario? En nuestro contexto, hay relaciones entre los diferentes actores económicos que sí hay que organizar de forma diferente”.

Marino apuntó que durante mucho tiempo se debatió si era posible resolver la unificación monetaria de otra manera en el tiempo.

“Tenemos CUP y CUC y tenemos tipos de cambio de 1×1 y 1×24. Uno pudiera decir: ‘Quito una de las dos monedas y doy los primeros pasos para unificar el tipo de cambio’. Pudiéramos, en el sector de las entidades estatales, pasar de 1 a 3 y 6×24, si se buscaba acercarlas al tipo de cambio de la población. Eso dilata en el tiempo, pero, además, hay que tomar en cuenta que si haces ese proceso gradualmente, y hay dos partes de la Tarea Ordenamiento (transformación de subsidios y gratuidades, y transformación de ingresos), vas acercando los tipos de cambio y esas dos cuestiones no las has tocado”.

Al comentar sobre los subsidios excesivos y gratuidades indebidas, tal cual aparece en los documentos del Partido, Murillo Jorge reconoció que todos los subsidios no son malos.

“Subsidiar a una familia de bajos ingresos es parte de la humanidad de nuestro modelo socialista. Y todas las gratuidades no son malas: la salud, la educación y todas las conquistas de la Revolución. El problema es cuando esto tiene un carácter masivo que no estimula la productividad del trabajo”.

En ese sentido, dijo que todos estamos subsidiados en estos momentos, incluso los que no trabajan. “Y al mismo tiempo a todos no nos alcanza el salario. Entonces, por un lado, nos subsidiamos todos y, por otro, no nos alcanza el salario a todos. Eso es algo que hay que transformar, de manera urgente.

“Lo mismo se subsidia a la persona que trabaja y aporta, que al individuo que no lo hace. ¿Es justo repartir la riqueza de esa forma en una sociedad?”, preguntó.

“No será posible eliminar los subsidios y gratuidades, o reducirlos gradualmente, si no hay una transformación de los ingresos, entendido este término como salario, pensiones, jubilaciones y la asistencia social”.

Entre las cosas que se han hablado en las redes sociales –continuó–, está el incremento de precios y salarios. “La Tarea Ordenamiento incluye cuatro elementos bien claros: resolver la dualidad monetaria, resolver la dualidad cambiaria, eliminar subsidios y gratuidades hasta donde sea posible en las condiciones de nuestra economía y hacer una transformación de los ingresos”.

En sus palabras recordó lo expresado por el presidente cubano en una Mesa Redonda anterior. Si solo se habla de que van a subir los precios y no se tiene en cuenta que van a subir los salarios, entonces el análisis no es correcto.

“En economía hay una gran teoría entre el salario real y el salario nominal. Nosotros, en este proceso, tenemos una gran aspiración y creo que la vamos a poder cumplir: que todos los asalariados queden en mejores condiciones que en el punto de partida en el que estamos”.

Hace poco se le realizó un incremento de salario al sector presupuestado y hubo que revisarlo varias veces, recordó. “En algunos casos, la diferencia de salario entre el que más aporta y el que menos aporta es muy poca. Todas las complicaciones que lleva mover salario en cualquier sociedad. Solo hacer una reforma de salario es un problema, y este es un tema que se ha trabajado por un grupo de personas de distintos organismos. En cualquier sociedad, hacer una reforma de salario es compleja, y nosotros vamos a hacer una reforma de salario y otras tres cosas. De ahí la gran complejidad”.

En cualquier sociedad este “es un proceso al que las personas están acostumbradas; sin embargo, la sociedad cubana es muy equitativa y no es posible hacerlo como se hace en otros lugares del mundo. Muchas veces, en otros países, se hace una devaluación y varias empresas no la soportan y van a la quiebra, y eso significa desempleo.

“La solución para nosotros con la Tarea Ordenamiento, aun cuando un grupo de empresas tiene serios problemas de eficiencia, no es tirar a las calles a 250 000 o 300 000 personas. El desempleo para nosotros no es una opción”, recalcó, pero, sin embargo, “no podemos seguir subsidiándole pérdidas de por vida a las empresas”.

Unificar los tipos de cambio conlleva una devaluación –dijo Murillo Jorge–, “y en cualquier lugar del mundo una devaluación genera ajustes: genera presión al sistema empresarial en la búsqueda de más eficiencia, y genera que las personas tengan que ser más productivas, más eficientes en el trabajo.

“Entonces, hay que hacerlo para que la economía se mueva de forma más natural, pero no estamos hablando de terapia de choque, todo lo contrario. Pero sí va a haber más presión sobre los actores económicos, en términos de que sean más eficientes”.

Para poder seguir avanzando –continuó–, hay que hacer varias cosas fundamentales al mismo tiempo, entre ellas quitar una moneda y dejar un solo tipo de cambio (para anunciarlo habrá que esperar un poco, pero en su momento se dirá todo y habrá información para la población).

El jefe de la Comisión de Implementación de los Lineamientos explicó que el tipo de cambio no es más que el valor de las divisas internacionales expresadas en términos de la moneda nacional.

“Si yo digo que el valor de la moneda es 1×20, estoy diciendo que en Cuba un dólar es igual a 20 pesos (reitero, es solo un ejemplo para ilustrar)”, dijo.

Otra de las preguntas más socorridas es cómo calcular el tipo de cambio en una economía. “Existen diferentes formas, una de ellas es tomar la canasta de monedas de otros países, generalmente con los que tiene muchas relaciones de comercio, y a partir de ella calculan un tipo de cambio. Y al mismo tiempo que calculan la canasta de moneda y el tipo de cambio, establecen una banda, en la que se enmarca ese valor cambiario”.

¿Por qué hay economías con más de una moneda? Murillo Jorge explicó que esto ocurre cuando la “moneda base” del país empieza a dejar de cumplir las funciones del dinero (medio de pago, unidad de cuenta y reserva de valor). En Cuba, tras la caída del Campo Socialista y una pérdida de más del 30% del PIB, el peso cubano no tuvo respaldo en la economía real y perdió sus funciones.

Casi siempre, cuando la moneda base deja de cumplir sus funciones de dinero, aparece otra, y además –como se necesita conducir las funciones del dinero– aparecen las economías excesivamente administrativas.

El experto hizo alusión a varios conceptos, como la tasa de cambio: precio de la divisa expresado en términos de moneda nacional. “No pensemos que los tipos de cambio pueden andar por un lado y la formación de precios por otro. Son dos procesos que se integran”.

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