–Hola, qué bueno. ¿Usted es la periodista del Victoria que me está localizando?
–Sí, un gusto.
–Gracias por la preocupación del periódico por nosotras. Todo está tranquilo, la atención de los jamaicanos es excelente. Son personas muy preparadas. Tienen los medios de protección garantizados; al llegar nos dieron nasobucos.
Esas fueron las primeras palabras intercambiadas por la red social Facebook con la licenciada en Enfermería Kenia Ramos Biset, con 26 años de servicio, quien labora en el hotel Colony, pertenece al policlínico Juan Manuel Páez Inchausti y partió hacia Jamaica, donde combatirá la enfermedad COVID-19, pandemia que avanza indetenible en 171 países del orbe.
–A nosotras nos llamaron urgente para integrar la brigada de 100 enfermeras y enfermeros del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias Henry Reeve, constituido en el 2005 por el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz.
–Partimos el sábado 14 de marzo y nos hospedaron en un hotel de Kingston, la capital, donde seguimos los protocolos y cumplimos la necesaria cuarentena, en cuanto terminemos saldremos a llevarle solidaridad, salud y esperanza al hermano pueblo.
Beatriz, la otra enfermera de la Isla, y yo, estudiamos el idioma Inglés. Estábamos aprobadas previamente para prestar colaboración en la isla caribeña. En junio del 2019 evaluaron a 290 alumnos y el personal ha ido saliendo poco a poco. Fuimos llamadas ahora ante la emergencia del coronavirus.
Sé que para una madre es duro no poder asistir a la graduación de un hijo, momento por el cual aguardó durante mucho tiempo.
–Usted no tiene ni idea: seis años de espera y justo el deber me llamó un día antes de ese ansiado instante, pero más valiosa es la vida de las personas sin importar de dónde sean. Hay que ver el cuadro dramático y las imágenes desgarradoras de la rica Europa. Mi hijo Kamil, graduado de cadete, sabe que primero está el deber, él es militar y lo comprende porque ese es también su sentir.
–Por último, dígales a los pineros que nos tocó hacer historia. Llevaremos nuestro humanismo y la cura a cada una de esas personas que así lo requieran, incluso a costa de la propia vida.
Valiente, como nos caracterisamos ya que damos l mejor de si donde la revolución nos necesite, amigas cuidence mucho y pongan el nombre de la enfermería cubana bien en alto para demstrar al mundo que con Cuba se puede contar. Que Dios las bendiga y las guarde siempre.