Mella murió por la Revolución

Foto: Archivo

“Abue, qué feliz estoy porque mis primeros trabajos periodísticos los voy a realizar en la revista Alma Mater, fundada por Julio Antonio Mella”, así de eufórica le conté a mi abuelita Bertha dándole la noticia.

Cursaba la escuela de Periodismo de la Universidad de La Habana y me ubicaron en la publicación joven más antigua de Cuba, surgida el 17 de noviembre de 1922, para promover la unidad y defensa de los legítimos derechos e intereses del estudiantado. También fue tribuna de la reforma que sacudió durante la década del veinte, a la que era entonces la única casa de altos estudios del país.

Mella era excepcional, la administró y con el seudónimo de Zeus firmaba los artículos peliagudos en que denunciaba las componendas politiqueras de aquella época. Con el decursar de los años Alma Mater pasó a ser el órgano de la Federación Estudiantil Universitaria hasta nuestros días.

Nieto del general Ramón Matías Mella y Castillo, prócer de la independencia del pueblo dominicano, Julio Antonio Mella nació el 25 de marzo de 1903, en La Habana.

Las aulas resultaron el primer escenario de su quehacer  revolucionario al también crear el 20 de diciembre de 1922 la Federación Estudiantil Universitaria, de la cual lo eligieron presidente; inició junto a profesores la Reforma Universitaria en Cuba y constituyó la Universidad Popular José Martí, el tres de noviembre de 1923, que estrechó alianzas entre obreros, estudiantes y la intelectualidad a favor de la cultura del pueblo.

Desde 1923 hasta 1929 interviene en hechos trascendentes de la historia patria que marcaron la forja de la identidad nacional, como

la fundación por Mella, el 27 de junio de 1925, de la Liga Antimperialista de Cuba, asociación de estudiantes, obreros e intelectuales cubanos y latinoamericanos para la difusión de las ideas antimperialistas, junto a la lucha contra la tiranía de Gerardo Machado, quinto presidente de la república neocolonial, entre 1925  y 1933.

La relación con líderes del sector obrero como Carlos Baliño y Alfredo López trazó pautas en el pensamiento del mozalbete cubano que con su impronta posibilitó el surgimiento del primer Partido marxista leninista en la nación.

Mella se convirtió en uno de los principales exponentes de la continuidad y el desarrollo del pensamiento martiano
en todo el período histórico que antecedió a la irrupción de la Generación del Centenario, a principios de la década de los ’50 en nuestra nación, y que conllevó al alcance de la independencia definitiva de la Patria con la victoria del Primero de Enero de 1959.

Le faltaban dos meses para cumplir 26 años cuando por órdenes del dictador Gerardo Machado sus asesinos lo liquidaron a balazos  el diez de enero de 1929, en México, mientras caminaba tomado del brazo de su compañera Tina Modotti.

El Comandante en Jefe Fidel, en un encuentro con dirigentes estudiantiles universitarios, al referirse al extraordinario héroe revolucionario lo definió como el cubano que más hizo en menos tiempo.

“Muero por la Revolución”, esta frase pronunciada por Mella, quien derramó su sangre por una sociedad justa, todavía resuena en la mente y los corazones de nuestros jóvenes universitarios para quienes representa un paradigma y acicate en defensa de la Revolución y de una nación cuya vitalidad se renueva en cada uno de sus hijos.

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Mayra Lamotte Castillo
Mayra Lamotte Castillo

Licenciada en Periodismo en la Universidad de La Habana; tiene más de 40 años en la profesión.

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