Más allá de cifras… la vida

La Isla de la Juventud, al igual que el resto del país, tiene un gran compromiso con la salud de la infancia, aun en los momentos más complejos para Cuba; esta es una labor que requiere de mucho compromiso y sacrificio de los profesionales involucrados con los servicios de atención materno-infantil.

Sin embargo, las valoraciones realizadas durante un reciente análisis del Programa Materno Infantil (Pami) denotan que mucho queda por hacer en aras de mostrar indicadores más halagüeños en un programa que, más allá de las cifras, define la vida y el futuro de la nación.

Hasta lo que va de año este territorio lamenta el fallecimiento de dos recién nacidos, por lo cual se eleva la tasa de mortalidad infantil por cada mil nacidos vivos; ello confirma que todavía pueden aprovecharse más las bondades que ofrecen el Sistema de Atención Primaria de Salud y las instalaciones que para su mejor desempeño existen en la localidad.

Aunque existieron complicaciones objetivas, el actual panorama indica que apremia brindarle un loable seguimiento a las embarazadas, sobre todo a las de alto riesgo, máxime cuando en estos momentos cada consultorio está cubierto con el médico y la enfermera de la familia, pero estos deben funcionar bien, con el grupo básico de trabajo y los servicios de la Atención Primaria.

La situación epidemiológica por la cual ha atravesado el Municipio desde el pasado año ha podido incidir en el quehacer en el terreno, pero en la actualidad se estabiliza y torna mucho más favorable para poder consolidar la labor en las demarcaciones.

Hacia el barrio hay que enfocar y agudizar la mirada, sobre todo en las familias disfuncionales o donde el esposo abusa de su compañera gestante, la adolescente decide asumir un embarazo sin estar preparada biológica ni emocionalmente, una mujer añosa con tres hijos lleva en su vientre otro, por demás, no deseado…

En ese escenario el quehacer no solo le compete al personal de Salud, pues en este programa desempeñan un importante rol otros actores como las organizaciones de masa y factores existentes en la comunidad, quienes de conjunto deberán trabajar por reducir la fecundidad en la adolescencia, los abortos, los bajo peso al nacer y las enfermedades de trasmisión sexual; así como incentivar los nacimientos, que con respecto a etapas precedentes disminuyen.

Habrá que reforzar no solo la atención sino también el estado constructivo y el balance nutricional en los hogares maternos, tanto el de Nueva Gerona como el ubicado en La Fe, ambos por debajo de sus capacidades y ello guarda relación, además, con dificultades presentadas con los suministros para asegurar una alimentación balanceada.

Los problemas que obstaculizan el programa en el Municipio están focalizados, de ahí que el reto radica en lograr la integración necesaria para que cada día sean identificadas menos deficiencias relacionadas con el actuar del médico, la enfermera y del Sistema de Salud Pública, ese que en etapas anteriores ha posibilitado mostrar índices favorables, tal es el caso de los casi 18 años sin muertes maternas.

Urge entonces elevar la exigencia a todos los niveles y cumplir lo establecido, con especial énfasis en la Atención Primaria, de manera que este año el Pami muestre un mejor rostro, reflejo de los ingentes esfuerzos de Cuba para disminuir los riesgos de morir durante el primer año de vida o preservarle la vida a su gente, más a quienes nos alegran con su existencia: los niños.

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Isla de la Juventud Opinión Salud
Karelia Álvarez Rosell
Karelia Álvarez Rosell

Licenciada en Defectología en la Universidad Carlos Manuel de Céspedes, Isla de la Juventud. Diplomada en Periodismo con más de 30 años en la profesión.

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