Martí en la Celac

Cuando se analizan los pronunciamientos de los líderes presentes en la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), efectuada este 24 de enero en Buenos Aires,República Argentina, llamando a la integración regional, salta a la vista la presencia martiana en tan importante foro.

Basta mencionar su magistral ensayo Nuestra América para comprobar la plena vigencia del pensamiento del más universal de los cubanos.

“Ya no podemos –decía– hace más de un siglo… ser el pueblo de hojas, que vive en el aire, con la copa cargada de flor, restallando o zumbando, según la acaricie el capricho de la luz, o la tundan y talen las tempestades;¡los árboles han de ponerse en fila, para que no pase el gigante de las siete leguas! Es la hora del recuento, y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes”.

Martí, por tanto, a 170 años de su natalicio, este 28 de enero, sigue trazando pautas en el devenir de lo que él llamó Nuestra América, frase con la cual culminó sus palabras el presidente del Mayor de los Archipiélagos, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.

Más allá de las pequeñas divergencias, el foro argentino puso en el tapete la imperiosa necesidad de la unidad ante los desafíos de un mundo en crisis y complejo derivado de las apetencias imperiales.

La llegada de Lula al cónclave, celebrada por todos, y la condena a las atrocidades cometidas por las elites contra el pueblo peruano, pusieron de relieve cómo nuestras naciones pueden avanzar en unidad en medio de la diversidad.

Martí estuvo más presente que nunca en la América nuestra para bien de la humanidad, que ve coronada su impronta en la celebración de la V Conferencia Internacional por el Equilibrio del Mundo que sesionó bajo el tema: Con todos y para el bien de todos.

Y vuelvo a la Celac, donde los participantes se hicieron eco del pensamiento martiano: “Porque ya suena el himno unánime; la generación actual lleva a cuestas, por el camino abonado por sus padres sublimes, la América trabajadora, del Bravo a Magallanes, sentado en el lomo del cóndor, regó el Gran Semí, por las naciones románticas del continente, y por las islas dolorosas del mar, la semilla de la América nueva”.

 

 

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Isla de la Juventud Opinión
Pedro Blanco Oliva
Pedro Blanco Oliva

Licenciado en Literatura y Español en la universidad Carlos Manuel de Céspedes, Isla de la Juventud. Diplomado en Periodismo con más de 40 años en la profesión

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