Las campañas de los pueblos, parafraseando a Martí, son más fuertes cuando se alista en ellas el corazón de una mujer, y es un hecho. En la lucha contra la covid-19 la cubana participa de manera activa y juega un papel protagónico. Ella es más que madre, más que trabajadora, es un “todo” de dulzura y firmeza, una guerrera. No conoce de descanso y el desvelo es su aliado, pero siempre permanece alegre, hermosa, alienta a los demás y da lo mejor de sí: allí en la zona roja, pesquisando, en casa al cuidado de los hijos, en la producción, confeccionando nasobucos, como voluntaria donde la llama el deber… Hoy la situación epidemiológica no permite el festejo, mas nada impide decirles a las cubanas, Marianas de estos tiempos: ¡Felicidades!
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