María Magdalena, gloria de la gimnasia rítmica

La historia de la gimnasia rítmica en Cuba recoge el nombre de una mujer que se mantuvo durante diez años como capitana de la selección nacional, descollando por sus lauros y el férreo dominio logrado en todas las especialidades.

María Magdalena, a la derecha vestida de rojo, durante su misión en Venezuela.
Foto: Cortesía de la entrevistada

Nadie creería que, a pesar de los años, María Magdalena Soto Martínez mantiene similar entusiasmo; aunque la ligereza y coordinación en movimientos que antes la llevaron a convertirse en una de las estrellas de la disciplina ya no sean las mismas, conserva esa energía positiva. Nació en el municipio Mayarí, Holguín, pero desde muy pequeña se trasladó con sus padres a La Habana, cuando en 1961 su padre planteó la necesidad de mudarse a esa ciudad por motivos de trabajo.

¿Había algún gimnasta en la familia?

“Gimnasta como tal no, solo una prima que era acróbata; mi hermana practicaba atletismo”.

Entonces, ¿cómo entra a esta disciplina?

“La gimnasia rítmica combina, además, elementos de ballet y danza. En la escuela descubren en mí ciertas habilidades a través de las clases de Educación Física y el profesor Félix Padrón me introdujo primero en la artística”. Los Primeros Juegos Deportivos Escolares Nacionales fueron inaugurados el 21 de octubre de 1963 en La Habana, contaron con la presencia de Fidel y 3 478 atletas de las seis provincias tradicionales, además de un séptimo equipo representando el Plan de Becas del cual ella formaba parte.

¿En estos juegos usted compite en tres deportes: atletismo, voleibol y gimnasia artística?

“Sí, competí en los tres, pero me incliné por la gimnasia rítmica porque a través de ella expresaba mis sentimientos al compás de la música y poco a poco les fui poniendo más interés a los entrenamientos hasta llegar al máximo nivel”.

¿Recuerda quién fue su primera entrenadora?

“Siempre la tengo presente: Alejandra O’Farril”.

Muchos aseguran que la gimnasia rítmica está reservada para las más jóvenes. ¿Qué considera al respecto?

“Así es, debe iniciarse a los cinco o seis años, y cuando hay talento a los cuatro, ya que a los ocho o diez ya debe comenzar a demostrar las capacidades adquiridas y formalizar los niveles competitivos con un mejoramiento de sus aptitudes físicas y coordinación motora, así como fomentar su interacción social más allá del placer y el estímulo proveniente de la práctica”.

A su juicio, ¿qué condiciones debe tener una niña para iniciarse en esta disciplina?

“Algo fundamental es la flexibilidad de las articulaciones, ser delgada, con extremidades largas y a esto sumar una alta dosis de amor por la disciplina”.

¿Cuándo llegó al equipo nacional?

“Entré a la preselección en 1966 y permanecí en el equipo nacional hasta 1977”.

A finales de ese año, después del retiro oficial y de haberse graduado de la Epef, la envían a la Isla a cumplir el servicio social. Aquí se enamora y decide quedarse.

Es muy difícil mantenerse tantos años en un deporte tan exigente, ¿cómo lo logró?

“Fui hija del pueblo, sacrificada y exigente conmigo misma porque quería tener resultados, motivos por los cuales me entregaba en los entrenamientos y trataba de dar el máximo en cada evento”.

En 1971 tuvo lugar el Campeonato Mundial en La Habana, el primero celebrado fuera de Europa, donde Bulgaria continuó con su hegemonía y María Magdalena formó parte de la delegación cubana en ese certamen.

¿Cuántas naciones visitó representando a Cuba?

“Muchas, estuve en Bulgaria, Checoslovaquia, España, México, Polonia y la antigua Unión Soviética”.

La carrera deportiva de una gimnasta rítmica suele tener una corta duración en comparación con otras. ¿Por qué?

“Porque ahora se minimizó la estancia del gimnasta. Yo me retiré a los 26 años, pero con el tiempo se van perdiendo ciertas capacidades y habilidades, cuando esto ocurre es un problema”.

A quién mejor que a María Magdalena para preguntarle por la salud de la gimnasia rítmica en nuestro país.

“Contamos en estos momentos con muchas jóvenes que poseen condiciones, pero falta iniciativa. Hay que crear, investigar y componer la música en correspondencia con la atleta, que cause impresión cuando se vea su desarrollo”.

Estuvo en Venezuela en dos ocasiones como colaboradora. ¿Qué labores realizó allí?

“Primero estuve de vicecoordinadora de Superación y Ciencia, luego pasé a trabajar con el equipo de gimnasia rítmica de Yaracuy, con el cual llegué a incluir dos deportistas en el equipo nacional de Venezuela.

“En la segunda misión me desempeñé como profesora de la referida especialidad e incursioné en el arbitraje de esta”.

María Magdalena nunca ha rechazado una entrevista. Es una mujer sencilla, natural, modesta, que no hace gala de sus éxitos. Fue seleccionada entre los 100 atletas del siglo en el territorio, posee el título de Jueza con Categoría y hoy forma parte de las glorias del deporte en la Isla de la Juventud.

(*) Colaborador

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