
La popularidad duradera de Trump deja claro que nuestro nivel actual de polarización no es un subproducto accidental de la política – es una estrategia intencional por parte de los políticos, indicó Cámara.
Mi investigación como economista junto con mi coautor Ricardo Alonso de la Escuela de Economía de Londres, ayuda a explicar por qué el viraje a los extremos puede ser políticamente ventajoso para candidatos como Trump, aseguró.
Trazar una línea clara entre mi oponente y yo en temas divisorios empuja a los votantes del medio a elegir un bando, mientras que al mismo tiempo moviliza mi base. Esta estrategia le funcionó a Trump en 2016, y él la duplicó en 2020, ignorando el consejo de jugar al medio, agregó.
Subraya el analista que ya sea que el próximo acto de Trump venga como una personalidad mediática conservadora o un candidato repetido en 2024, se beneficia de mantener el país dividido.
Indicó que aunque el mandatario dejará el cargo, el uso de la polarización como estrategia política no va a ninguna parte y apuntó que en la actualidad no hay soluciones claras y simples para contrarrestar las fuerzas que incentivan el extremismo.
Concluyó el economista que el fenómeno estará con nosotros mientras continúe siendo una estrategia efectiva para candidatos como Trump, incluso si a veces no da en el blanco, la posible recompensa hace que sea una apuesta que muchos políticos están dispuestos a tomar – y todos tenemos que vivir con las consecuencias.
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