La huella de una estancia

Foto: Yesmani Vega Ávalos

El club martiano Cintio Vitier, integrado por padres de escolares de la Escuela Elemental de Arte Leonardo Luberta Noy en la Isla de la Juventud, rememoró la huella dejada por José Martí en la casa de la familia Sardá–Valdés, al celebrarse 148 años de la partida del Apóstol del territorio pinero.

Fue en octubre de 1870 cuando el autor de La Edad de Oro llegó a estas tierras, después de que el capitán general español que gobernaba Cuba en esa época cediera a la petición de los padres de Martí, por intermedio de José María Sardá, para que se repusiera de los sufrimientos durante el tiempo en prisión.

Aquí permaneció más de 60 días y lo acogieron como un hijo; por ello –al igual que el joven José– los pineros también se sienten agradecidos con aquel generoso gesto, en especial los pequeños que conforman el club, quienes mencionaron frases suyas, cantaron y declamaron algunos de sus poemas.

Asimismo y teniendo presente sus palabras de que “honrar honra” y que “para rendir tributo ninguna voz es débil”, la memorable ocasión sirvió para felicitar a Iraida Aldama Martínez, por sus méritos como trabajadora, mujer revolucionaria e instructora de arte.

Iraida es la directora municipal del sistema de Casas de Cultura y es Premio Municipal de Danza 2018, motivos por los cuales la Sociedad Cultural José Martí ha hecho llegar también desde el club Cintio Vitier su más cordial felicitación.

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Casandra Almira Maqueira
Casandra Almira Maqueira

Licenciada en Estudios Socioculturales en la Universidad Jesús Montané Oropesa, Isla de la Juventud

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