Jennipher dueña del bronce y cinturón negro

Jennipher muestra el certificado que la acredita como Cinturón Negro Primer Dan. Foto: Yunieski Pérez

Jennipher de las Mercedes Domínguez Valdés es una de esas tantas jóvenes que desde niña quedó cautivada por un deporte. Cuenta que cuando cursaba el quinto grado, su padre la llevaba al gimnasio Arturo Lince González de Nueva Gerona a presenciar los entrenamientos de taekwondo, con la esperanza de que se inclinara por la práctica ese arte marcial.

Acertó entonces su progenitor, pues a partir de ese instante Jennipher declaró amor eterno a la espectacular disciplina de origen coreano. Mucho tiempo ha transcurrido desde aquellos primeros días cuando comenzó a asistir a las prácticas y aprender el rigor y marcialidad que distinguen a las artes marciales asiáticas.

Esa postura la ha mantenido hasta la actualidad que cursa el primer año en la carrera de Medicina, es a la vez medallista de bronce en el más reciente Campeonato Nacional de Taekwondo de la Primera Categoría y nombrada Cinturón Negro Primer Dan por el comisionado nacional en ese propio certamen. Resultados conseguidos con elevadas dosis de esfuerzo, sacrificio y consagración como pilares principales.

El certamen se disputó en Bayamo, Granma, a finales de mayo, en las divisiones de 58, 68, 80 y más de 80 kilogramos (kg) para hombres, mientras las féminas vieron acción en 49, 57, 67 y más de 67 kg. La delegación de la Isla de la Juventud estuvo conformada además de Jennipher, por otros dos exponentes del sexo masculino.

“Las condiciones no fueron las ideales, había solo un área de combate –relató la medallista de los 49 kg– el nivel de las rivales fue semejante al mío aunque la mayoría son integrantes del equipo nacional. Perdí contra una atleta de Camagüey en el pase a la final, luego fui a repechaje y logré mi presea de bronce”.

Un gran desenlace conociendo que la futura galena estuvo desde enero alrededor de cuatro meses preparándose sola hasta que logró unirse a un grupo de estudiantes, pero que tampoco asistían con regularidad.

“Mi entrenador, Adrián Macías Campos, me orientaba tareas para ejecutar de conjunto con unos muchachos de artes marciales mixtas que entrenaban justo al lado.

“Físicamente no estaba bien y eso se evidenció en el primer tope que tuve con los estudiantes. A partir de ahí redoblamos la preparación física con una variedad de ejercicios que incluyó planchas, abdominales, carreras, gradas, en ese momento lo necesitaba más que la técnica”.

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Desde que comenzó en la facultad de Ciencias Médicas Jennipher ha tenido que vincular de una manera diferente el estudio con el deporte que la apasiona.

“Ahora que estoy en Medicina la complejidad es mayor, pero me voy acostumbrado, pues cuando te propones algo lo puedes lograr. Yo estudiaba de 8:00 a.m. a 4:00 p.m. y a partir de las 5:00 p.m. llamaba al profe para entrenar hasta cerca de las 8:00 p.m. Luego retomaba los estudios, esa era mi rutina diaria y cuando no tenía oportunidad los días entre semana, aprovechaba sábado y domingo.

“Estoy a la espera de poder subir al equipo nacional, si eso acontece continuaré entrenando y estudiando, pero ya no será de la misma forma, no obstante varios atletas del equipo nacional se han graduado de disímiles carreras”.

Confiesa que prefiere el contrataque en el combate y la bandal y yop chagui como sus técnicas favoritas, la recién nombrada Cinturón Negro Primer Dan recordó cómo fueron sus primeros pasos en el taekwondo.

En quinto grado no hubo topes ni competencias, los enfrentamientos llegaron cuando matriculó en la Escuela de Iniciación Deportiva (Eide) Fladio Álvarez Galán.

“Fue en séptimo cuando obtuve mi primera presea de bronce en Pinar del Río, ya en octavo permanecí mucho tiempo lesionada por lo cual no fue un año próspero, por eso en noveno me propuse entrenar y entrenar, y aunque también tuve dificultades con lesiones, al final gané el oro en mi último año escolar”.

Al escalar a la categoría juvenil aumentó el rigor, ese año inicial se fue sin resultados, sin embargo en onceno asistió por primera vez a un Campeonato Nacional de la Primera Categoría y conquistó un metal plateado. Ese mismo año en los juveniles también agarró bronce en los 46 kg.

Como gran satisfacción siempre ha contado con el apoyo incondicional de sus padres, quienes la acompañaron a tantas competiciones como les fue posible y ese junto al esfuerzo, sacrificio y consagración, constituye el cimiento fundamental que permite erigir los grandes resultados.

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Yuniesky La Rosa Pérez
Yuniesky La Rosa Pérez

Licenciado en Comunicación Social en la universidad Jesús Montané Oropesa, Isla de la Juventud

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