Invasores de titanes en Isla de la Juventud

Los jóvenes cubanos desde territorio pinero se fundieron a las epopeyas invasoras de Antonio Maceo y Ernesto Guevara con heroísmo que no se quedó en la hazaña y trascenderá por siglos.

De los muchachos que tras asaltar desarmados una embarcación en el río Júcaro el 11 de enero de 1896 y desafiar la persecución de cañoneras españolas se incorporaron a la columna invasora de Maceo que ya había llegado al occidente cubano, exclamó admirado su jefe y Mayor General: “La expedición más arriesgada que ha desembarcado, sólo pueden realizarla niños o locos y los pueblos que tienen esos niños deben ser libres”.

Pero no sólo lo acompañaron en esa proeza, sino que prosiguieron la contienda por la emancipación de Cuba, en la que cuatro de ellos cayeron combatiendo y uno de los sobrevivientes, Plácido Hernández, alcanzó grados de Comandante del Ejército Libertador.

Más de 60 años después, cuando el otro invasor del Ejército Rebelde, Ernesto Guevara, culminó su misión libertadora junto a Camilo Cienfuegos, varios de los integrantes de sus columnas, como el Capitán Lawton –Roberto Sánchez Bartelemi– y el comandante Pinares –Antonio Sánchez Díaz–, cumplieron nuevas misiones aquí, en el abandonado subarchipiélago de los Canarreos.

Este último lo acompañó como el guerrillero Marcos a la liberación latinoamericana, luego de ejercer como jefe de la Región Militar.

En etapa tan temprana como 1964 Che inaugura la industrialización del territorio pinero con la apertura de la fábrica procesadora de Caolín en pos del desarrollo local y nacional, donde su caída en combate devino inspiración en el quehacer de los jóvenes por transformar la ínsula y rebautizarla con su nombre.

Una de las columnas de esa nueva invasión llevó el nombre de Seguidores de Camilo y Che, surgieron brigadas y contingentes evocando sus proezas e inspirado en su inmortal frase Hasta la victoria siempre, nació en 1967 el periódico que empuña en su definitivo nombre de Victoria, la única alternativa de la lucha del médico argentino y comandante cubano.

Más recientemente la escuela Ernesto Guevara en La Fe perpetúa cada día su memoria y multiplica sus enseñanzas en los niños que en ella estudian, aunque, en verdad, los pioneros de los demás centros lo reviven cada 14 de junio al iniciar una nueva etapa pioneril y enarbolan el lema: ¡… seremos como el Che!.

Así en cada cubano y palmo de la geografía pinera prosiguen el Guerrillero Heroico y el Titán de Bronce sus invasiones al futuro.

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Diego Rodríguez Molina
Diego Rodríguez Molina

Licenciado en Periodismo en la Universidad de La Habana. Tiene más de 40 años en la profesión

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