Inmunización urgente contra las mentiras

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Acaba de iniciarse la fase III del candidato vacunal Abdala. La segunda, de nuestras cinco opciones inmunológicas, que entra en el estadio final de investigación. Replicada la información por medios de alcance internacional, gente de todo el mundo sintió, como nosotros, que otro potente rayo de luz surgía al final del túnel en que nos tuviera sumidos la pandemia.

Dentro del propio Estados Unidos, The New York Times y CNN reconocen que estos logros son la respuesta obligada de los científicos cubanos al bloqueo impuesto por su gobierno. Más todavía:

Cuba no privilegiará en sus ventas a quienes puedan pagar altos precios, aunque se importan recursos muy caros para producirla. Y aun así, altruistas como siempre, seremos el primer país de Hispanoamérica y el Caribe -lo dijeron- que podrá tener a toda su población inmunizada, y con vacuna propia.

El doctor en Ciencias Vicente Vérez Bencomo, director general del Instituto Finlay de Vacunas, ha declarado que la inmunización masiva con Soberana 02 está prevista, aproximadamente, para julio, y en agosto podría estar disponible la Soberana 01, la cual avanza rápidamente a la fase III y se prevén otros ensayos de eficacia.

Explicó, además y para mayor confianza, que los candidatos vacunales pudieran proteger también de las variantes del virus surgidas en diversos países, con la alta inmunización alcanzada o con la aplicación de las dos dosis de la Soberana 02, más una de la Soberana Plus.

Pero ante los innegables resultados de las pruebas, los promotores del odio contra Cuba bufan de rabia e impotencia.

Ya no saben qué falsear ni qué decir quienes han promovido listas negras y más bloqueo contra Cuba. Ahora intentan desprestigiar el impacto positivo que han tenido nuestros candidatos vacunales, especialmente la Soberana 02.

Un desprestigiado youtuber se atrevió a afirmar que esta última “está causando reacciones negativas en los niños a los que se les han aplicado las dosis en los hospitales y en las escuelas de la isla”, cuando Cuba no ha vacunado a ningún niño en ninguna de las tres fases de ensayos clínicos y menos con las actividades docentes suspendidas desde enero en la capital.

Hasta un audio de una supuesta madre cubana que habla de reacciones adversas de la vacuna a niños en un hospital pediátrico, da la medida de las mentiras y del ilimitado embuste.

Tal es la farsa para desprestigiar tan innegable logro, pero como esclareciera a principios de marzo Dagmar García Rivero, directora de Investigaciones del Instituto Finlay de Vacunas: “avanzar a un ensayo clínico en niños lleva un rigor regulatorio superior, y por tanto normalmente necesitamos avanzar en las poblaciones adultas antes de evaluar los candidatos vacunales en niños”.

De manera que actualmente este ensayo clínico está en revisión y como se ha hecho hasta ahora en adultos, la decisión final se informará oportunamente por los medios oficiales cubanos, que no se cansan de tergiversar los voceros tarifados del imperio.

Contrario a las falacias difundidas desde afuera, Cuba no promueve oficialmente el turismo de vacunas ni ha recibido “donación” de antígenos y menos para aplicar a turistas.

Frutos genuinos de la ciencia cubana son Soberana 01, Soberana 02, Soberana Plus, Abdala y Mambisa, que avanzan como inmunizantes efectivos no solo contra la pandemia, sino también contra las mentiras y “el odio de quienes nos quieren arrastrar por sobre rocas”, al decir de un reciente artículo de Cubadebate.

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