Humo en medio de la sabana

Es oscuro todavía cuando emprendimos la partida hacia el polo productivo de Sabana Grande, nombre que hace pensar en un trayecto interminable, sin embargo, lo franqueamos en menos de una hora.

Al llegar en medio de la noche, entre la bruma y el humo están los jóvenes carboneros, soñolientos aún por la vigía nocturna para que el horno no se les “vuele”.

Osmani imparte instrucciones para la actividad del día. Foto: Pedro Blanco Oliva

Uno de ellos, Wildo García Castro, de la Unidad Empresarial Básica de Tabaco, escudriña cada centímetro de su gigante cono que le reportará unos 80 sacos de carbón de marabú, producto cubano burlador cotidianamente del criminal bloqueo yanqui.

La sabana se va ensanchando lenta pero firme y en las áreas limpias ya se trabaja en la siembra de pastos para el ganado vacuno que se insertará con la recuperación de una vaquería.

El propósito –explica Tomás Betancourt López– director de la empresa agroindustrial Jesús Montané Oropesa, es convertir esta zona en la principal fuente de exportación de la entidad.

Ahora a las áreas arroceras, ya cortaron decenas de toneladas del cereal, se une la siembra de frutales.

Seguimos el recorrido hasta llegar a la explanada frente al campamento que albergará en un futuro próximo hasta 100 hombres de todas las unidades pertenecientes a la empresa.

Allí la batería de hornos impresiona por su majestuosidad, no hay dudas de los que allí trabajan y piensan como país, conscientes de que su aporte ayuda a la adquisición de divisas para la economía.

Ultimando detalles encontramos al joven de la Forestal Yosvany Agüero Romero, en la preparación para iniciar la quema de su horno con previsión de unos 40 sacos.

Yosvany da los toques finales para iniciar la quema del horno. Foto: Pedro Blanco Oliva

La tarea es dura pero necesaria para la economía familiar y de la empresa”, dice.

Indago sobre los salarios a devengar y me explican que es en dependencia de la producción terminada a razón de 1 600 pesos y 20 CUC la tonelada, es decir unos 50 sacos de 20 kilogramos.

Antes de marcharnos interrumpo a Osmani Romero Reyes, jefe del polo, quien da las coordenadas para las labores del día.

Ahora tenemos en diferentes fases unos 21 hornos que trabajan diez hombres y soldados del Ejército Juvenil del Trabajo, inmersos también en la tarea”.

Una impresionante batería de hornos en la explanada. Foto: Pedro Blanco Oliva

Ya en la retirada casi cometo un pecado capital, sin embargo, me acordé de Martí cuando dijo que las campañas de los pueblos solo son verdaderas cuando en ellas se alista el corazón de la mujer.

Y allí en medio del agreste lugar salpicado de polvo, humo y roedores está Leticia Soto Fernández como una salvación para esos hombres que llegan sudorosos y llenos de hollín, pues ya ella les tiene preparada su alimentación, el agua fresca, vital para estas labores, e incluso caliente para sus baños.

En el trayecto de regreso vuelvo a conversar con Tomás, cuyo plan de 720 toneladas para este año les quedará chiquito, materias primas hay suficientes y dedicación y entereza les sobran a estos hombres para sobrepasar las 1 000.

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Isla de la Juventud
Pedro Blanco Oliva
Pedro Blanco Oliva

Licenciado en Literatura y Español en la universidad Carlos Manuel de Céspedes, Isla de la Juventud. Diplomado en Periodismo con más de 40 años en la profesión

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