Estimular el trabajo sin terapias de choque

Los temas de la reforma salarial y la unificación monetaria y cambiaria son muy llevados y traídos en estos días debido a las expectativas acerca del proceso que vivirá Cuba, en aras de concretar el ordenamiento monetario, encaminar su economía y continuar haciendo un mejor país.

Estos constituyen la comidilla en casas, barrios, centros laborales, colas…, pero más que conocerlos y entenderlos, se impone ser conscientes del papel primordial del pueblo cubano como eje esencial de esas transformaciones vitales.

Hace años, por diversas razones, una buena parte de los trabajadores no están motivados con los ingresos percibidos, incluso quienes no laboran carecen de incentivo para hacerlo, sin embargo resulta vital ganar en claridad, pues lo que se pretende realizar está fundamentado en enderezar la pirámide hasta ahora invertida.

Urge hacer valer el principio socialista de cada cual según su capacidad, a cada quien según su trabajo, el cual perdió su esencia aquí debido a los avatares, las limitaciones y medidas implementadas que fueron solución en su momento, aunque al pasar de los años desencadenaron en la actual situación del país, agravada por las restricciones impuestas por el bloqueo del gobierno estadounidense y la crisis mundial a causa de la pandemia.

Las distorsiones en el ámbito laboral, muchas asociadas a la sobrevaloración del peso cubano en el circuito de las entidades –dificultando la medición de los gastos y la formación de precios– y a su depreciación en el de las personas naturales, han desvirtuado el papel del salario como fuente fundamental para financiar el consumo de los trabajadores.

Lo complejo del ordenamiento monetario radica en su carácter integral y el propósito de enderezar, de forma simultánea, hondas torceduras, desde la dualidad monetaria y cambiaria, la eliminación de subsidios y gratuidades, hasta la transformación en la distribución de los ingresos, no solo salarios, sino también en pensiones y prestaciones de la asistencia social.

Entonces deberá hacerse la apremiante revisión de los puestos de labor en las distintas entidades, en las funciones diseñadas para cada plaza, buscar alternativas dirigidas a alcanzar mayor eficiencia y potenciar aún más el teletrabajo y la modalidad a distancia, válidos en las presentes y futuras circunstancias.

No menos significativo será crear empleos que contribuyan a suplir las necesidades de la nación hoy, ofreciendo oportunidades a quienes tendrán que  buscar trabajo.

Muchos en esta sociedad socialista vemos con buenos ojos el nuevo escenario, donde seremos beneficiarios y protagonistas. Lo que viene será para bien desde todos los puntos de vista, en especial porque obligará a quienes viven del “aire”, del cuento y lo ilícito, a aportar para sí y su familia.

El proceso será largo, mas no imposible, en aras de que la nueva estrategia llegue a final feliz cuando le devolvamos al trabajo su papel principal como generador de riquezas.

Lo más importante es que la reforma general de salarios, pensiones y prestaciones de la asistencia social se llevará a cabo sin terapias de choque ni dejar a alguien desamparado.

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Isla de la Juventud Opinión
Yojamna Sánchez Ponce de León
Yojamna Sánchez Ponce de León

Licenciada en Literatura y Español en la universidad Carlos Manuel de Céspedes, Isla de la Juventud. Diplomada en Periodismo

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