“Espejos en las bibliotecas”

Hace algunos días vi en un estado de WhatsApp una foto en la cual aparecían dos personas mostrando sus cuerpos muy bien tonificados frente al espejo de un gimnasio, seguidamente y por coincidencia en otro, aparecía una frase muy relacionada:

A las bibliotecas deberían ponerles espejos como a los gimnasios, para que la gente pueda mirarse mientras lee y pensar: “¡Vaya!, qué intelectual me estoy poniendo”.

Y es que resulta impresionante la cantidad de personas que actualmente se preocupan y ocupan más por ir a los ya hasta americanizados GYM, que los que emplean diez minutos de su día en sacar un libro en las bibliotecas.

No es cuestión de comparar, pues tanto una como otra son importantes en la vida de los seres humanos, pero todo tiene un orden prioritario y depende de cada quien ser equilibrado.

Hace algunos años la justificación más usual para no asistir a estos útiles espacios públicos era “la aparición de las nuevas tecnologías de la informatización”, pues ya apareció e incluso se desarrollaron y seguirán, pero aún siguen las bibliotecas vacías, ahora teniendo la opción de acceder a espacios virtuales destinados a la promoción de libros.

Evidentemente la falta de interés por la lectura no se subordina a las tecnologías, existe otro factor, quizás el problema esté en las escuelas que no inculcan el hábito o en la propia familia, indagando entre algunos pineros sobresalen estas respuestas:

“No leo por falta de tiempo”; “no sé qué leer”; “no me inspira ningún libro”; “mis hijos ven los muñequitos y aprenden más”…

Deduzco que la falta de tiempo es por una sobrecarga de trabajo, que la falta de interés y el no saber qué leer se relacione con la escasa información y lo que más me alarmó fue esta última expresión: “…ven muñequitos…”.

No dudo que los dibujos animados y las series infantiles eduquen a nuestros niños, al fin y al cabo están diseñados y producidos con un propósito, divertir y a la par preparar. Pero no me parece justo ni convincente como para no fomentar en los más pequeños lo gratificante que resulta la lectura.

Según el escritor y profesor ruso Isaac Asimov: No es solo una biblioteca. Es una nave espacial que te llevará a los puntos más lejanos del universo, una máquina del tiempo que te llevará al pasado más lejano y al lejano futuro, un maestro que sabe más que ningún ser humano, un amigo que te divertirá y te consolará y sobre todo una salida a una vida mejor, más feliz y más útil… 

En tiempos tan espasmódicos, llenos de sufrimiento y desesperación por conseguir la cura del feroz coronavirus y donde por necesidad se impone el “aislamiento físico” esa nave espacial, esa máquina del tiempo y sobre todo la salida a una mejor vida, se hace muy necesaria y tal vez la puerta mágica es un libro.

Y ahí está nuestra biblioteca municipal Julio Antonio Mella y su homóloga en La Fe, la Waldo Medina, con 56 años de creada, llena de cosas interesantes por mostrar, con su sala infanto-juvenil, de literatura, de arte, de fondos valiosos y además en los últimos tiempos incursionando en la modalidad de libros digitales, mediante su perfil de Facebook, página web y en camino a Telegram, con muchas opciones atrayentes para abducir en su caterva de libros a quienes elijan la lectura como una actividad no solo recreativa sino también educativa, útil y necesaria.

(*) Estudiante de Periodismo

El Centro Municipal del Libro y la Literatura, vuelve a la creación literaria en el 2021. Conozca sobre el quehacer y las iniciativas de ese colectivo en la entrevista realizada a la narradora y poeta Liudys Carmona Calaña, su directora.

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