¿Cómo te pareces a tu mamá, el mismo cuerpo y todo? Y yo me hincho de orgullo, perfilo el andar y presumo ser mi Mami, ya arrugada, pero con encanto sin igual y a la que no me alcanzará la vida para agradecerle por tanto.
Muchas veces al estar en la posición de hijas la testarudez nos hace pensar que nos la sabemos todas y en ocasiones nos cuesta entenderlas, hasta valorarlas en toda su magnitud, pero luego al traer al mundo a personitas indefensas es cuando sonreímos y decimos: Mami, tenía razón.
Ser madre es lo mejor que me ha pasado en la vida, tengo la experiencia doble y en cada una al tenerlas entre mis brazos sentí que las fuerzas son pocas y los brazos demasiado cortos para tanto amor engrandecido, hasta que una de adapta con el tiempo.
Es como una cadena de temores, ensueños y sobresaltos, es natural que así sea porque el tener el privilegio de traer al mundo criaturas encantadoras no indica que estemos dotadas para poner culeros, sacar gases, bañarlos, amamantarlos y hasta dormir con un ojo abierto y otro cerrado por si se mueve sentirlo y llegar hasta su cuna de un tirón, entre otras labores que la vida nos enseña a aprender y no escatimar escaramuzas para vencer tamaña responsabilidad.
Y lo logra de tan manera que es mami, con papá y otros veces sola, quien batalla a brazo partido para sacar a la familia adelante, redacta a deshora para hacer unos kilitos porque uno de ellos necesita zapatos, sale un miércoles en lo primero que encuentre en la carretera para llevarle merienda al hijo a la secundaria o innova en la cocina para mantener el kiosco por cuenta propia que sostiene el hogar.
Es mami la que siempre aconseja, regaña y luego nos hace una caricia, lee cuentos o narra historias inventadas antes de dormir y como suele repetirlas tantas veces nos la aprendemos de memoria, al punto de llegar a rectificarlas: así no, ahora viene…
Es mami la que siempre está llevándonos por los vericuetos de la vida, la responsable de nuestra realización y felicidad plena. No existe nada en este mundo que supere su amor hacia los hijos, ellas saben que somos su mejor creación.
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