Ernesto hace música con el origami

Un joven con el que se puede contar para todo. Foto: Wiltse Javier Peña Hijuelos

Sus manos están siempre ocupadas. Y el tiempo muerto que otros perdemos esperando a que comience una actividad cualquiera o aquellos momentos cuando la atención se disocia en una reunión, Ernesto Palomino Casals los ocupa tejiendo un macramé o plegando rectángulos de papel, aunque se mantiene atento al motivo que le ha convocado para ese lugar.

Tiene 25 años y es músico graduado. Integra un grupo musical que trabaja en Cayo Largo, el Onioni, y en temporada baja mantiene una contrata como instructor de música en la Casa de Cultura santafeseña.

Según sus compañeros es de los jóvenes con quienes se puede contar para sacar adelante cualquier espectáculo. Lo mismo hace teatro que organiza juegos, aunque no sean de su especialidad.

Sus manos tienen la habilidad creativa de las obras menudas.

Prefiere dar nueva savia a los materiales que tuvieron vida anterior, reciclar lo que estuvo en desuso y presentarlo como obras de arte donde su valor esté en la belleza y no en su soporte.

Ver lo que sale de sus manos realmente impresiona.

Más de 700 piezas conforman esta escultura que centra la atención de los visitantes. Foto: Wiltse Javier Peña Hijuelos

Su primera exposición de origami –arte japonés de las esculturas en papel– acaba de montarse en la galería La Jungla, de la Casa de Cultura donde labora, y está compuesta por 26 obras con las que se propuso homenajear el aniversario 160 del reconocimiento que diera al naciente poblado de Santa Fe, en 1860, la reina española Isabel II.

Cisnes, búhos, adornos de mesa y para la pared, búcaros, pavos reales y serpientes conforman la muestra.

Impresionado por tanta belleza, le pregunto a qué aspira con lo expuesto. “Quisiera que despertara el interés de los niños –responde–. En el origami uno puede equivocarse en la elaboración de una escultura… digamos, un búho de un pie de alto lleva de 700 a 1000 piezas y si fallas, siempre podrás rehacerla con los mismos materiales. O hacer otra muy diferente, quizás un cisne menudito, una serpiente.  Muy pocas obras de arte tienen esa posibilidad”.

Sonríe y agrega por último: “Ah… y también quisiera ganarme el derecho a llevar esta exposición a la galería Martha Machado, donde más personas la vean y se interesen por el origami, una manualidad tan antiestrés como tejer con dos agujas: sedante y utilitaria”.

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One Reply to “Ernesto hace música con el origami

  1. Muchas felicidades a Ernesto por su trabajo. No es menos cierto que es un antiestrés como él mismo dice pero es algo más, al menos para mi, me vivifica. Yo he sido una de las personas atrapadas por este sencillo arte gracias a mi yerno que llegó un día con una muestra de regalo a mi niña (su novia) y me ha servido de mucho. En mi tiempo hogareño, después de mi jornada laboral, también lo dedico al Origamis, porque además tejo con una aguja. Ambas cosas me fascinan y es muy bello. Ya he logrado hacer varias figuritas como un cisne, un perrito, un porta lápiz, un pollito en su cascarón, una jarrita y hasta mi sobrino y mi niña pequeña se han sumado a hacer sus cositas. Realmente muchas felicidades y ojalá le den la oportunidad de presentarse acá en la galería Martha Machado. Lo disfrutaría mucho.

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