Entre plantas ella cultiva sueños

Foto: Gerardo Mayet Cruz

Una leve brisa refresca a media mañana la finca de frutales al borde del camino, un lugar de silencio no muy distante de donde estaba la granja Cerro Azul de cultivos varios.

El enorme sombrero permite divisar a la dueña en su rutina: labrar la tierra y seguir con sus pequeños experimentos.

Se llena de luces el rostro de la ingeniera en Riego y Drenaje Anicia Pardo Lazo cuando obsequia su precioso tiempo a los visitantes para mostrar las plantaciones de toronjas pequeñas, aguacate, fruta bomba, ciruela, mamey colorado, fruta del pan de semilla y algunas maderables.

“Laboralmente siempre estuve en la línea de la investigación agrícola vinculada al campo –explica–, me gusta de verdad la agricultura; ver cómo crecen las plantas, mejorarlas… Han pasado seis años desde que adquirí la finca, tres veces se ha quemado, no tengo agua, la reinicié a finales del 2014 porque quedé en cero.

Foto: Gerardo Mayet Cruz

“Soy sola, perdí la cosecha de marañón y estoy metida en la  reparación de mi apartamento en el reparto Abel Santamaría. Personas cercanas me dicen que no me mate tanto, que ya no estoy para ese trajín, pero hay que sembrar para el presente y futuro. Todavía tengo energías, puedo aportar mucho a los demás, a pesar de mis 68 años y estar jubilada”.

Ella acaricia la ilusión de ponerla con todas las de la ley si instala un pozo aunque sea pequeño y ya tiene electricidad.

Observamos el brío con el que guataquea las matas de fruta bomba sin perder el hilo de la conversación y descubrimos en esta mujer emprendedora su dimensión humana y convicciones dignas de admirar. No en balde milita en el Partido Comunista de Cuba desde 1978; llega a ser miembro del Comité Municipal de la Federación de Mujeres Cubanas; en 1991ingresa en el Comité Central del Partido y asiste a su IV Congreso, en Santiago de Cuba, y al V, en La Habana, en 1997. También cumple misiones internacionalistas en Namibia y Venezuela.

Al repasar esos momentos prominentes de su trayectoria vemos en Anicia el Sí se puede en persona.

“Recuerdo aquel acto en el Presidio Modelo; estaba sentada en una de las primeras filas con los invitados nacionales y el Buró Ejecutivo del Partido de la Isla. Entonces era directora de la Estación Experimental de Cítricos.

“El Sí se puede de 1994 mantiene igual significado en el 2019, aunque con 25 años de experiencias acumuladas que enriquecieron a los cubanos y no deben olvidarse porque no podemos permitirnos el lujo de chocar dos veces con la misma piedra.

“Fue un privilegio, era un momento muy difícil, de definición; quienes estábamos ahí confirmamos el compromiso con la Patria, la que tenemos hoy y seguimos en su defensa.

“Desde todos los sectores donde laboramos, la generalidad de las personas somos exponentes de esa consigna, pero con énfasis en la cotidianidad, con la familia, amigos y coterráneos.

“La confianza en nosotros, la convicción de ser lo que queremos ser y estar donde queremos estar ha hecho posible que el Sí se puede sea una realidad: los inversores, las ayudas, los apoyos van y vienen; nosotros permanecemos en la primera línea de construcción de la nueva sociedad, nosotros somos Cuba”.

Cuando llega a la Isla en 1978 jamás imagina que echaría raíces en este pedazo de suelo cubano, donde funda una familia. Ahora no están a su lado su hijo y su nieto, a quienes idolatra, mas ellos le corresponden con amor entrañable.

Con paciencia, su hablar pausado, férrea voluntad y el tránsito por nuevos caminos hilvana sus horas cotidianas en otros afanes provechos como graduarse de especialista en Extensión Agraria en el 2018, ser radioaficionada, asistir a un taller literario donde acaba de ganar un premio, cumplir tareas en la Asociación de Pedagogos, ver novelas, películas, pasear… y cultivar sueños a pie de surco.

 

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Mayra Lamotte Castillo
Mayra Lamotte Castillo

Licenciada en Periodismo en la Universidad de La Habana; tiene más de 40 años en la profesión.

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One Reply to “Entre plantas ella cultiva sueños

  1. Un abrazo para mi estimada amiga Anicia Pardo. Ella, junto a las demás compañeras de la Estación de cítricos, formaron a productores, técnicos e ingenieros. Tuve la oportunidad de ser su alumno y posteriormente su compañero de trabajo en la Universidad de la Isla. De hablar pausado pero con una perseverancia envidiable. Hace un año la visité en su casa y hablamos de su proyecto personal con su finca. Lástima que se carezcan de recursos elementales para tan digna labor como por ejemplo: un sistema de riego, herramientas, etc. Tuve la oportunidad de establecerme en otro país donde no es una quimera adquirir estas cosas y hoy ese conocimiento profesional lo estoy monetizando. Mis respetos para todos esos campesinos y profesionales del que no claudican a pesar de tantas adversidades.

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