Entre pinares, obreros y Martí

En territorio pinero el Che sembró historia y encendió alborada.

No fueron muchas las visitas del médico argentino y Comandante cubano a la segunda ínsula de la Mayor de Las Antillas, pero las realizadas en agosto de 1962 y en agosto de 1964 dejaron huellas de su compromiso, humanismo, sensibilidad y visión de futuro.

Según confirma su firma en el libro de visitantes del Museo de la finca de la casa de El Abra, el primer recorrido lo hizo el 17 de agosto de 1962 a ese lugar donde viviera José Martí 92 años antes.

Llegó el Comandante Guevara como Ministro de Industrias acompañando una delegación extranjera, con quien compartió su admiración al Héroe Nacional.

UNA VISITA AL APÓSTOL

En diálogo con descendientes de la familia de José María Sardá, benefactor del joven Martí cuando salió de la cárcel habanera con 17 años, se interesó por la conservación de los elementos originales del inmueble, situado a escasos kilómetros de la capital local, y otros detalles históricos y actuales de unos de los pocos lugares que en Cuba testimonian la presencia física de quien primero advirtió el peligro imperialista sobre nuestras tierras de América.

Apenas semanas antes participa en un trabajo voluntario junto a los obreros del molino de trigo de Regla y hacía pocos meses había izado la bandera de Territorio Libre de Analfabetismo en la base militar de San Julián, en la vecina provincia de Pinar del Río y cortado caña en la segunda Zafra del Pueblo, en Quivicán, entre otras tareas, a pesar de sus disímiles responsabilidades.

Era consecuente con lo expresado a los niños en 1960 precisamente acerca del Apóstol: “Se puede honrar a Martí citando frases, frases bonitas, frases perfectas, y además, y sobre todo, frases justas. Pero… se debe honrar a Martí en la forma en que él querría que se le hiciera, cuando decía a pleno pulmón: ’La mejor manera de decir es hacer’.

Como parte de ese verbovolvió el 10 de mayo de 1964 a inaugurar la fábrica procesadora de Caolín Julius Fucik, en áreas de los yacimientos de esa arcilla, a más de 12 km al sur de Nueva Gerona.

INDUSTRIALIZACIÓN VS. BLOQUEO

Más no fue solo una planta más, el acontecimiento marca el inicio de la industrialización, en un momento muy adverso para el país, por el inicio del bloqueo económico de Estados Unidos, que obstaculiza y retrasa la terminación de la planta, y el recrudecimiento de la escalada agresiva, que había tenido su máximo exponente en la invasión mercenaria en abril de 1961.

Por eso dedica parte de su discurso a hablar de esas complejas circunstancias y a destacar la hazaña de terminar la importante inversión en una territorio que consideraba estratégico: “… precisamente –subraya– por esa circunstancia de ser una Isla, de estar expuesta a los ataques enemigos, debe ser una trinchera de avanzada”.

Al pueblo trabajador y combatiente allí congregadole advertía aspectos y orientaciones que conservan toda su vigencia cuando le decía que “debe estar dispuesto a tomar y defender esta posición con el mismo entusiasmo, con la misma fe, con el mismo valor con que todos la defenderemos en cada pulgada de territorio en que nos toque actuar; con la misma fe y decisión con que aquí nuestros hombres tuvieron que resistir también el ataque de la aviación enemiga los días de Playa Girón, para derrotarlos aquí y en todo el país”.

De la importancia de la industria –que ha continuado diversificando producciones–, precisaErnesto Guevara en su intervención, publicada en el periódico Hoy dos días después: “será la primera de importancia tecnológica para todo el país”, que asegura “materias primas de buena calidad para nuestras fábricas, y,,, logra sustituir importaciones, ahorrar divisas, que tan trabajosamente conseguimos en el extranjero”.

Cómplices de esos esfuerzos fueron Manuel Copa Blanco, electricista y encargado en el montaje de la planta, Rafael Maitín Maitín y otros obreros fundadores con quienes conversó el Ministro durante su amplio recorrido por las nuevas instalaciones.

POR LA CULTURA Y LA TECNIFICACIÓN

Insiste con extraordinaria visión: “ligada a toda la tarea de la industrialización siempre está la tarea de la lucha por la cultura y por la tecnificación de los obreros”, y precisa que la batalla que se libraba entonces por el sexto gradoapenas era uno de los tantos combates de los trabajadores en aras de elevar “cada día más el nivel de nuestro pueblo, y… hacer que nuestro país esté en condiciones de entrar en la Revolución Técnica”.

De tan manera se asumió la misión que hoy Cuba como promedio en la población rebasa el duodécimo y el nivel universitario, así como más del 60 por ciento de su fuerza técnica en manos femeninas, como fruto de aquellas metas que él promovía convencido en cada encuentro con los colectivos obreros.

Y en ese constante quehacer defendió ideas polémicas en la construcción del socialismo, buscando en la industrialización, en la preparación integral y en la independencia política la forma de resolver más rápido los problemas del pueblo.

En sus actividades, gestos y palabras Che siempre fue un humanista de cuerpo entero, que como confirmaron sus breves periplos por la entonces Isla de Pinos, veía en el socialismo un medio de las personas ser más justas e iguales, a la vez que más preparadas, plenas y mejores.

 

 

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Diego Rodríguez Molina
Diego Rodríguez Molina

Licenciado en Periodismo en la Universidad de La Habana. Tiene más de 40 años en la profesión

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