En sangre llevan el altruismo

La sirena de la ambulancia anunciaba un fatídico suceso, a los treinta minutos ya estaba en las cercanías del Banco de Sangre Municipal (BSM) Roberto Hernández Smith, en Nueva Gerona, no iba a esperar mi localización, no sabía cuál era la urgencia, pero intuía necesitarían mi sangre, desde los 17 años dono…, imagínese, y ya tengo 52.

Leydi Rodríguez es uno de los más de 1 000 donantes voluntarios de sangre. Foto: Yoandris Delgado

Relata Leydi Rodríguez Soa, profesor de boxeo del combinado deportivo Irene Hernández y seleccionado Mejor Donante Voluntario de Sangre en el territorio. Él es uno de los 22 del Grupo Sanguíneo B Negativo, entre los más difíciles de localizar, además del AB Negativo (existen 41), O Negativo (80) y el A Negativo (82), los cuales entran en los grupos controlados que permanecen localizables ante emergencias.

Siempre cumplo con el ciclo de tres meses de los hombres y realizo cuatro donaciones al año. A veces ni quisiera esperar ese tiempo, solo de pensar que la vida de alguien aguarda. Siempre estoy listo al llamado de los Comités de Defensa de la Revolución, enfatiza.

El nasobuco apenas me deja verle el rostro, pero sus ojos delatan lo feliz que se siente con su gesto, con el cual contribuye a salvar personas, a elevar la esperanza y calidad de vida de pacientes con enfermedades mortales, apoyar procedimientos médicos y quirúrgicos complejos y ser útil en el Programa Materno Infantil.

EL BRAZO DE LEYDI FUE EL PRIMERO

Vuelven sus ojos a ser testigos de nostalgia al preguntarle acerca de un momento complejo: Todos son significativos, pero jamás olvido que la salida de mi abuela del hospital de Grillo, en Santiago de Cuba, dependía de una donación; mi brazo fue el primero en extenderse. Nunca he sentido cansancio, mareo, sudoraciones u otros síntomas luego de aportar.

A Rodríguez Soa lo encontramos en el BSM mientras le hacían los trámites reglamentarios y el chequeo médico…

Sigo al pie de la letra las prescripciones médicas: no montar bicicleta después de la extracción, tampoco realizar ejercicios físicos bruscos, ni ingerir bebidas alcohólicas hasta después de comer, tomar bastante líquidos y cumplir con la dieta. Con cada donación salvo tres vidas y lo hago con mucho orgullo porque la sangre ni se compra ni se vende.

En su trayectoria acumula unas 122 donaciones; es padre de dos jóvenes a quienes también les inculca el amor por este noble gesto.

Mientras estuvo allí era “dueño” de varias profesionales vestidas de verde, como en un quirófano, para después las tecnólogas dirigirse al área de producción y laboratorios, departamentos que exigen un alto riesgo biológico y requieren cumplir de manera estricta las normas y el procedimiento de bioseguridad, como el uso de guantes, la desinfección, el lavado de las manos y mucho cuidado en la manipulación de las bolsas.

Al personal le realizan exámenes complementarios cada seis meses, asegura Xiomara Meneses Rodríguez, especialista principal allí.

Leydi es uno de los 1 013 donantes voluntarios, regular y repetitivo (habitual), que aportan ese vital líquido y no tengan que hacerlo familiares, afirmó Einy Nápoles Ortiz, directora del Banco de Sangre.

VANGUARDIA EN EL APORTE

Por estos días el ir y venir en la institución es normal, más alrededor del Día Mundial del Donante de Sangre, el 14 de junio, en honor al nacimiento del doctor austríaco Kart Landsteiner, descubridor de los grupos sanguíneos humanos y Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1930.

Cuba se suma a la celebración con más de 400 000 donaciones voluntarias al año, demostrativas del humanismo de quienes realizan esa contribución que responde a necesidades de hospitales y la producción de medicamentos. Desde el 2015 el Municipio cumple las 3 000 planificadas anualmente, por lo cual es Destacado durante cuatro años, con más jóvenes en los seis Destacamentos de Donantes.

La organización de ese aporte en Cuba, iniciado en 1962, creció de manera sistemática hasta superar la meta propuesta por la Organización Mundial de la Salud (OMS) de una entrega de sangre por cada 20 habitantes. Hoy el país integra la lista de solo 12 naciones de las Américas con ciento por ciento de donaciones voluntarias.

Para ello contamos con una red de bancos donde se extraen de forma anual cerca de medio millón de donaciones de sangre y plasma.

Esa contribución se utiliza para salvar vidas por medio de las transfusiones, así como en la elaboración de medicamentos y reactivos, luego de revisada en los laboratorios para evitar la trasmisión de enfermedades infecciosas.

Además de abastecerse el servicio de transfusión del hospital general docente Héroes del Baire, de los componentes sanguíneos se envía el plasma a la Planta de Sueros y Hemoderivados en La Habana para la elaboración de fármacos como inmunoglobulinas, albúminas, entre otros.

A los donantes los convocan y movilizan los CDR y los consultorios del médico de la familia, donde son seleccionados y captados, además de recibir atención integral y orientación como parte de un movimiento desde los barrios y entre cuyos requisitos están tener entre los 18 y 66 años cumplidos, encontrarse sano y un peso corporal por encima de los 50 kg.

PLASMA PARA MEDICAMENTOS

Tan solo asomarse al Departamento de Plasmaféresis uno siente cierto escozor al apreciar las máquinas encargadas de extraer el plasma, separarlo y devolver los glóbulos blancos, rojos y las plaquetas al torrente sanguíneo de cada donante.

El joven Yuniesky fue reconocido como Mejor Donante de plasma. Foto: cortesía del entrevistado

Me gusta donar plasma, lo hago por conciencia y humanidad, con eso ayudo a personas necesitadas; mi disposición para salvar vidas está, sé que con el plasma salido de mis venas se fabrican medicamentos para pacientes, confiesa vía WhatsApp el joven Yuniesky Rivas Cabrera, de 35 años; él lleva cerca de nueve años aportando y resultó Mejor Donante de Plasmaféresis.

Desde su hogar en La Reforma quien hasta hace tres meses laboraba en la Brigada Especial del Minint, continúa relatando: Extendí mi brazo por primera vez en el Servicio Militar Activo en la Unidad 1180, tenía 20 años y me decidí por el programa de Plasmaféresis. Dono plasma cuatro veces al mes para un total de 24 al año.

Asegura que el mayor mérito lo recibe a diario de su familia y vecinos en el barrio, pero confiesa haberse sorprendido por el más reciente estímulo: No esperaba ser el mejor, aunque me imaginaba estar entre los destacados porque siempre he cumplido con la disciplina exigida previa a esa jornada, hablo del día antes no hacer esfuerzo físico, ni relaciones sexuales; ingerir bastante líquido y comer con poca grasa, así como cero bebidas alcohólicas, lo cual no me cuesta trabajo porque no tomo.

Y si algo ilustra la responsabilidad de este joven es que cuando le corresponde realizar dicho proceder se traslada muy temprano a la ciudad cabecera por sus propios medios y viceversa…

HOMENAJE NO SOLO EN LA JORNADA

La institución cumple con el proceso de trazabilidad, desde que el donante se presenta al banco hasta el destino final de los componentes, ya sea para la industria o para la asistencia médica. Como asevera la directora del Banco de Sangre aquí: Se mantiene un control minucioso según normas y procedimientos para establecimientos de sangre.

Ante el deterioro del ómnibus empleado para el banco móvil, el centro contrata los servicios de Cubataxi para llegar hasta los poblados.

Del carácter popular del movimiento explica Yaniuska Druyet Suárez, secretaria de organización en la sede municipal de los CDR: En el Municipio captamos a las personas con las condiciones para integrar este ejército y estimula por la importancia de ese gesto altruista.

En el aniversario 60 de la organización –agrega Yaniuska– seguiremos nutriendo esa tropa a cuyos integrantes reconocemos en sus barrios durante la jornada de homenaje y otros momentos junto a Salud Pública.

Para estos hombres y mujeres que aportan a la vida de forma anónima y desinteresada son también los aplausos de cada noche.

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