En cada gota la mayor bondad (+Fotos)

Kike: “Este es uno de los pasos imprescindibles antes de realizar nuevamente un acto de amor y altruismo”. Foto: Gerardo Mayet Cruz

“Soy de Niquero, Granma, y a mediados de 1975, con 18 años, había una vecina que necesitaba operarse y no tenía la sangre.

“Aunque ya la Revolución estaba en el poder y la vida de los cubanos mejoraba en todos los sentidos, todavía existían personas que lucraban con su sangre, pues la vendían. La señora no tenía la posibilidad de comprarla. Mi abuela me comentó su situación y me mantuve en silencio en ese momento. Luego me puse a pensar, fui a su casa y le dije: ‘yo le voy a dar la sangre para que usted se opere’.

“Desde ese instante empecé a donar sangre y ha sido así hasta la fecha. Dono tres y cuatro veces en el año. Tengo 148 hasta ahora y en este 2022 completo las 150”, me cuenta el sesentón Enrique Gutiérrez Ramírez, Kike para sus amigos y compañeros, cuando después de casi media hora de jugar al gato y al ratón nos encontramos frente a la División Territorial de Etecsa, pues no nos conocíamos en persona y estábamos mutuamente esperándonos frente a frente sin saberlo.

Como reportera escogí la fecha del 14 de junio, Día Mundial del Donante Voluntario de Sangre, para entrevistar a este santafeseño, reparador instalador de teléfonos en Etecsa, como justo y merecidísimo homenaje a esos rostros anónimos la mayoría de las ocasiones, y quienes son capaces de realizar el mayor acto de bondad, el gesto altruista que solo emerge de corazones solidarios.

“Siempre escuché a nuestro Comandante Fidel Castro Ruz decir que donar sangre, salva vidas y se hace para darle la posibilidad a otras personas de recuperar su salud, que es lo más valioso que tiene el ser humano. Desde mi juventud he reflexionado en esas palabras y por eso lo hago y tengo la disposición de seguir haciéndolo mientras pueda.

“Me cuido mucho para mantener mi salud y por la responsabilidad que tengo como donante porque aunque no lo creas es un compromiso que se adquiere con personas que no conocemos, mas necesitan de nuestra sangre y por eso debemos estar saludables. No fumo; y solo tomo bebidas alcohólicas en fechas muy señaladas, de forma esporádica.

“He permanecido por 30 años trabajando aquí en Etecsa, una empresa que se destaca cada año por contribuir con este noble gesto. Cuando viene el Banco Móvil de Sangre dono, otras veces es por mi consultorio. A veces la enfermera me llama y tengo que decirle ‘ya doné en mi trabajo’; lo hago junto a otros compañeros que como yo tienen a bien donar y conforman el colectivo que hace que nuestra entidad sea Centro Promotor en las donaciones.

Foto: Guadalupe Fernández Malavé (*)

“En la División exhorto a los jóvenes a que donen y hay un curso de linieros donde participaron algunos en la última que se hizo acá. En mi CDR creo que soy quien más extracciones acumula. Es una pena que allá solo quedamos activos dos o tres donantes; antes en mi edificio de 24 apartamentos éramos unos cuantos y hace falta, mucha falta sumar gente sana, principalmente jóvenes, porque con ese líquido también se preparan medicamentos.

“Mira, Fidel dijo que el hecho de donar no era solo para salvar vidas sino para solidarizarnos con personas, cientos de ellas, que tienen problemas de salud y necesitan recuperarla, porque las transfusiones son utilizadas, además, como tratamiento de algunas enfermedades. Es una tarea grandiosa y hermosa; sabes que estás donando sangre que es como decir donar vida”.

(*) Comunicadora de la División Territorial de Etecsa

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Yojamna Sánchez Ponce de León
Yojamna Sánchez Ponce de León

Licenciada en Literatura y Español en la universidad Carlos Manuel de Céspedes, Isla de la Juventud. Diplomada en Periodismo

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