El mayor respeto a mis maestros

Gracias a la colega Odalys Mompié encontré esta caricatura, la posteó hace unos días en su perfil de Facebook, donde escribió: El respeto desde la casa hacia los maestros. Esooooo!!! Sin duda, un asunto para reflexionar, máxime cuando el irrespeto hacia los profesores constituye una problemática de la sociedad actual en cualquier región del mundo.

Pero primero lo primero: el respeto, que hacia los demás debe enseñarse en casa; luego, los padres han de inculcar en sus hijos la importancia de respetar a los maestros, esos educadores constantes que ponen sus mejores empeños en enseñar y formar a cada nueva generación.

Sin embargo, disfrazado de caprichos paternales sobreprotectores, por decir de algún modo, les han perdido los estudiantes a sus profes ese respeto que constituye una de las reglas básicas en su formación como individuo social.

“Un grupo porque habla mucho, y el otro porque lo cuestiona todo”, dijo una maestra al colectivo de padres, en una reunión en que intentaba ponerse de acuerdo para lograr un efectivo proceso docente educativo, de mutuo entendimiento y colaboración, pues está al frente de un aula de 30 alumnos, e imparte las mismas materias en otra de igual cantidad.

Algunos, escépticos lo tomaron como exageración, y así sucede en los más disímiles planteles, donde en ocasiones algunos de los hoy nativos digitales, al manejar tecnologías y las informaciones más diversas, se sienten capaces de cuestionar al profesor, e incluso de asumir que ya saben lo que este está por explicarles.

El conflicto escuela-hogar, más allá de las acciones trazadas en las instituciones como las llamadas “escuelas de familias”, espacio para intercambio entre el docente y los responsables del menor, requiere especial atención cuando al parecer en el hogar se olvida la dirección clara que en la educación tienen los maestros hacia los niños.

Lo que en mi niñez era algo inimaginable, hoy, al ser madre y apreciar los comportamientos de mis hijos, así como los ejemplares educadores que han tenido, me hace reflexionar que urge en cada familia dedicar un espacio a concienciar a los niños respecto a sus actitudes frente al pizarrón, en especial cuando se trata de quien en todo momento está allí para ayudarles.

Debemos, desde pequeños, fomentar en ellos esas ideas base de lo que significa el respeto a los demás, pero en especial a sus profesores, a pesar de que como en cada relación social, no toda persona sea de nuestro agrado. Establecer una relación de confianza pasa directamente por el modo en que los tutores les muestran este mundo a los niños, quienes deben ver en esa persona que se encuentra al frente suyo a diario, una figura positiva, que ofrece consejo y asistencia.

Teniendo presente, además, que el respeto es mutuo, que el ser humano es imperfecto y los docentes también pueden equivocarse, y que cuestionar sus dichos y actos es posible, siempre mediante el diálogo respetuoso y aceptando la jerarquía del docente, guía fundamental e indispensable en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

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Isla de la Juventud Opinión
Casandra Almira Maqueira
Casandra Almira Maqueira

Licenciada en Estudios Socioculturales en la Universidad Jesús Montané Oropesa, Isla de la Juventud

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