El agua: cuestión de derechos y deberes

Foto: Tomada de Internet

Mucho se habla del agua. Innumerables trabajos periodísticos, campañas, investigaciones científicas y spot televisivos alertan acerca de la imperiosa necesidad del ahorro y felizmente se ha reconocido el derecho humano a ella, pero… no es solo cuestión de derechos sino también de deberes.

Por solo citar un ejemplo relacionado con los deberes, desconocidos en ocasiones, en pocos años ha crecido en el Municipio la cifra de vecinos de diferentes lugares que por un prologando tiempo carecieron de esta y en la actualidad se benefician.

El reparto Juan Delio Chacón es uno de ellos y ante la ausencia todavía de los relojes contadores para conocer el consumo, se aprecia en algunas de sus calles un derroche del imprescindible líquido merecedor de crítica, real consecuencia de la falta de conciencia.

Los pineros vemos con gran beneplácito el desarrollo de proyectos financiados por el gobierno de Japón con el propósito de garantizar el acceso al agua potable en cantidad y calidad, pero poco hacemos por preservarla.

El vital recurso es un tema fundamental al tener una relación estrecha con los estándares de una vida digna, también se relaciona con el derecho a la salud y a la vivienda en cuanto al acceso a condiciones necesarias para tenerlo porque implica contar con condiciones sanitarias básicas, suministro adecuado y de factores ambientales que contribuyan a mejorar la salud.

Así lo resalta el artículo publicado en Internet, El derecho humano al agua. Una cuestión de interpretación o de reconocimiento, pero las personas no podemos consumirla como si fuese una fuente inagotable, tenemos la responsabilidad de conservarla como recurso natural que es, en beneficio futuro de nuestros hijos y nietos, de ahí que el ahorro constituye la mejor forma de hacerlo.

Desde el 2010 la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció el derecho humano al agua y al saneamiento y por consiguiente el acceso a una cantidad del vital líquido, suficiente para el uso doméstico y personal, entre 50 y 100 litros por persona y día. En la actualidad una cifra superior a los 2,1 billones de seres humanos carece de este servicio, gestionado de manera segura y su escasez ya afecta a cuatro de cada diez personas, según la Organización Mundial de la Salud.

Componente básico para la vida, de ella dependemos para la supervivencia en el planeta por lo que el accionar debe comenzar por nosotros mismos y la familia, respetándola y cuidándola. No hay que esperar por un reloj que nos diga cuánto consumimos, ni ponernos las manos a la cabeza porque la suma de dinero a pagar es excesiva, sinónimo de derroche, mejor ahorremos por nuestro propio bien con un uso sustentable.

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Isla de la Juventud Opinión
Yojamna Sánchez Ponce de León
Yojamna Sánchez Ponce de León

Licenciada en Literatura y Español en la universidad Carlos Manuel de Céspedes, Isla de la Juventud. Diplomada en Periodismo

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