La periodista expresó en declaraciones exclusivas a Prensa Latina, que después de tantos años de frustrados intentos de derrocar a ambos países, Washington apuesta por una guerra comunicacional para la cual hace uso de las nuevas tecnologías, mediante la manipulación de la realidad o preparando supuestos líderes.

Al referirse a lo que sucede en Cuba actualmente con las convocatorias a marchas y los llamados a la violencia en la calle, la también diputada a la Asamblea Nacional comparó las estrategias que aplica la Casa Blanca en la isla caribeña con las acciones de Venezuela en 2017.

Si se analiza bien las convocatorias del 11 de julio y la del próximo 15 de noviembre en Cuba, son el mismo guión -acotó-, provocar desorden, intentar quemar personas vivas, desprestigiar a los dirigentes, crear el caos y culpar al Gobierno, paralelo a ello crean un escenario favorable en las redes sociales y los medios de comunicación.

Todo eso, dijo, está bien claro en los manuales de guerra que durante años aplicó Estados Unidos, los cuales le han permitido acabar con proyectos como los de Ecuador, Libia, Bolivía, en su momento, y otros miles de ejemplos.

«No obstante, hay algo que olvidan los «gringos», que nuestras revoluciones son del pueblo y para el pueblo, que tenemos valores, principios, ideales y sobretodo la unidad como arma esencial de nuestra lucha», recalcó Díaz a esta agencia.

La diputada recordó en su intercambio con Prensa Latina que por más de 60 años en Cuba y al menos 20 en Venezuela, todos los que ocuparon el despacho oval de la Casa Blanca, han aplicado cuanta estrategia se les ocurrió para provocar cambios en estas naciones.

«Ya lo probaron todo, invasiones, intentos de golpe de Estado, bloqueos, presiones a terceros países para que nos den la espalda, intentos de asfixiar por hambre a nuestros pueblos y en los últimos dos años, usaron la pandemia como un arma para rendirnos, al prohibir nuestro acceso a medicinas e insumos», puntualizó.

Para la vicepresidenta de de Agitación Propaganda y Comunicación del PSUV, Cuba y Venezuela constituyen pilares esenciales en la región.

«Derrocarlos les posibilitaría a Washington detener la ola de gobiernos progresistas que resurgen nuevamente en Latinoamérica y que intentan retomar todos los mecanismos regionales, como la Alianza Bolivariana (ALBA-TCP), juntos seremos invencibles y es lo que intentan evitar», concluyó Díaz.

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