El secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, admitió que los opositores del presidente Nicolás Maduro están fraccionados y divididos.
Según una publicación del diario The Washington Post, Pompeo reconoció en una reunión a puertas cerradas en Nueva York, que Nicolás Maduro no tiene una oposición líder, que EE. UU. se esforzó mucho para unirla, intentando incluso «apoyar a varias instituciones religiosas», pero si este saliera del poder, «todos levantarán la mano y dirán: Tómame, soy el próximo presidente de Venezuela».
Analistas señalan que los comentarios del Secretario de Estado representan una fuerte desviación de la línea oficial de la administración Trump, que pregona la unidad y la fuerza de la oposición liderada por el autoproclamado Juan Guaidó.
Pompeo dijo, además, que la consolidación de la posición de Guaidó ha llevado mucho tiempo y que la situación sigue siendo «tenue», arremetiendo nuevamente contra Cuba, pues para él «los cubanos están en el corazón de los problemas económicos» en Venezuela, y «tenemos que encontrar una manera de desconectarlos».