Una personalidad muy prestigiosa en el campo de la historia, Mario Mencía, sustentaba una versión sobre el momento en que se le diera al Movimiento el nombre 26 de Julio, pero esta no concordaba con la nuestra: los investigadores a bordo del recién inaugurado Memorial buque Pinero.
Llegó por entonces Montané en su primera visita a este museo -que dirigí hasta su desactivación-, lo recorrió y al final, conversando con el colectivo, valoró ajustado a la historia su montaje museográfico.
Fue un momento bien oportuno: “Comandante -le dije-, lo que Mencía acaba de publicar en su libro más reciente no concuerda con lo recopilado por nosotros… sobre ¿en qué fecha y lugar se adopta el nombre de Movimiento Revolucionario 26 de Julio?”
En la visita siguiente Montané trajo a Mencía y nos lo sentó enfrente. El intercambio resultó muy oportuno. Junto a los museólogos defendimos lo que investigábamos, pero sin llegar a ponernos de acuerdo con el historiador.
Días después Almeida nos visitaba por primera vez. Aquella ocasión, y no fue la única en que nos visitó, conversamos de temas diversos. Un intercambio familiar donde para nada tuvimos la impresión de estar hablando con una de las figuras cimeras de la Revolución, sino con alguien cercano, llano en su trato, un batallador que además componía canciones.
De su salida del Presido Modelo recordaba dos cosas en particular (y así las anoté): la gran afluencia de pueblo que fue a recibirlos y los flamboyanes florecidos. “Verlos… me hizo sentir ¡que estaba en libertad!”
Alguien del grupo preguntó por sus recuerdos en el interior del Pinero, durante la travesía Gerona-Batabanó en la noche del 15 al 16 de mayo. “Para nosotros, Comandante, en ese momento se le da nombre de 26 de Julio al Movimiento, pero no todos los historiadores están de acuerdo con ese detalle”, le dije.
“Vamos a la cubierta superior”, respondió. Subimos y precisó: “Fidel nos mandó a subir de uno en uno, discretamente, sin llamar la atención. Cuando estuvimos todos, él se paró de frente a nosotros… Entonces Fidel nos precisó dos cosas: cada uno debía regresar a su lugar de origen y no mezclarse en nada, mantenerse tranquilo hasta que fuera contactado por su jefe; y segundo, Fidel propuso darle el nombre de 26 de Julio a nuestro Movimiento como homenaje a los caídos en el Moncada. Todos estuvimos de acuerdo…, fue aquí, a bordo del Pinero”. Luego agregó: “Estoy terminando un libro donde trataré ese tema, y quedará muy claro”.
Al mes siguiente, el 12 de junio de 1955, se constituyó la primera Dirección Nacional del MR-26-7. Encabezada por Fidel, incluía a otros dos que fueran dirigentes del Movimiento antes del Moncada: Pedro Miret y Jesús Montané. Se le incorporaban otros cinco moncadistas: Haydée Santamaría, Melba Hernández, Antonio Ñico López, José Pepe Suárez y Pedro Aguilera. La completaban Armando Hart, Faustino Pérez y Luis Bonito.
