Ató el conjuro de los vientos.
Con las manos de la madre y el padre
la casa se hizo calle,
la calle ciudad,
la ciudad Isla-voz:
la Isla-barcos,
caminos con la palabra limpia.
Al fin la muchedumbre
enigma de la justicia.
(*) Colaborador y profesor de la Universidad Jesús Montané.
Tomado del poemario galardonado con el primer premio en el Concurso 26 de Julio de 2016
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