Cocodrilo: con bebés y madres sanos

Son algunos de los resultados del joven médico que en el sureño poblado se siente como en familia
Foto: Wiltse Javier Peña Hijuelos

Conocí al doctor Héctor José Chávez Linares tras la zona roja, entonces nos estrenábamos todos en los grandes enfrentamientos a la pandemia; acababa de ocurrir el primer fallecimiento en tierra pinera –uno de sus vecinos–  y él estaba a cargo del aislamiento en el área acordonada, 12 edificios en el reparto Comandante Pinares, de La Fe.

Se estrenaba como recién graduado y eran sus pacientes de todos los días quienes compartían con él la estancia dentro del “cerco”.

Ahora, con aquella experiencia y las que siguieron, es el médico de la familia en el vecindario más al sur en el occidente de Cuba, Cocodrilo.

“Aquí no hemos tenido ni un solo caso de covid”, nos adelanta. Cuando llegué coordinamos con los factores y poco después cerramos la entrada de visitantes, establecimos la desinfección del ómnibus público a la entrada y salida, así como el lavado de las manos con la solución clorada. A lo interno, adoptamos todas las medidas establecidas como protocolo y los resultados… ¡están a la vista!”.

A esto se debe agregar la labor de concientización con cada uno de los más de 250 vecinos porque nunca se cortó su entrada y salida del poblado, muchos trabajan fuera o realizan diferentes gestiones que los obligan a la movilidad y contacto con poblaciones distantes donde el riesgo de contagio no siempre estuvo bajo control.

Héctor José considera como otro de sus mayores logros “el seguimiento a lactantes y embarazadas. Ya cinco tienen sus bebés, sanos y sin complicaciones. Todas fueron vacunadas en su momento, con Abdala, y lo hicieron en el policlínico de La Fe, no aquí; era una precaución necesaria contra posibles reacciones adversas, que no se dieron y regresaron con una mayor garantía de salud”.

Solo tres personas, nos hizo saber el joven galeno, no están vacunadas en Cocodrilo; una por decisión propia y dos por alergia al tiomersal. Estas últimas lo serán en breve con Soberana 02, como quienes por igual motivo restan en otras partes del territorio.

En este poblado el personal de salud libra, además, como en todas partes, una intensa lucha antivectorial, y al respecto su médico de familia comentó: “El mosquito… controlado, abunda el conocido como playero pero no el Aedes aegypti. El poblado se mantiene muy limpio de basura y los desechos van a un vertedero bien alejado. Teníamos, sí, cierta presencia de ratones; y eso implica un riesgo de leptospirosis. Recibimos el raticida necesario y ya está en manos de panadería, bodega, escuela y demás centros o instituciones”.

El doctor Héctor José llegó a Cocodrilo asignado por un año, casi va a cumplir el segundo y ya decidió optar por un tercero.

Una población franca y amistosa, en ambiente de playa, más un consultorio, una farmacia, un local para el chofer de la ambulancia y la casa del enfermero remodelados en su totalidad componen un equipo como arreglado a propósito para brindar el mejor servicio de salud. Allí resulta agradable y estimulante la residencia de cualquier profesional, “porque nos sentimos como en familia –comenta a la despedida–; da gusto trabajar y, sobre todo, ¡hacerlo bien!”.

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