Cerrar no puede volver a ser opción

Foto: Yesmani Vega Ávalo

Cuando luego de un extenso proceso inversionista los pineros vimos abrir sus puertas al patio El Caribeño del cine teatro Caribe nos alegró tener en él otra opción de sana recreación, pues tiene como fin la realización de actividades y espectáculos culturales.

 

El no muy grande pero acogedor lugar se convirtió en la sede de la muy gustada peña 20 Años de Annie Garcés, de presentaciones en fechas destacadas de la brigada de instructores de arte José Martí, escenario de alguna actividad de versiones pasadas de la Feria Municipal del Libro y de hermosísimas propuestas de Casas de Cultura; también para abanderar las brigadas del evento escénico TeaSur en este verano 2021 e implementar allí el excelente diseño para cada noche concebido por especialistas del Centro Municipal del Cine.

 

En fin, ha venido a convertirse en lo que se soñó, otro espacio para la Cultura, para la buena Cultura.   

 

Contraproducente con todo lo anterior es el hecho de que ya en una ocasión haya tenido que cerrar debido a las sonadas indisciplinas que se suceden puertas afuera y que no muchos días atrás se volviera a tomar la decisión.

 

¿Responsabilidad de quién? De todos porque si bien toca a la Dirección Municipal de Cultura y al propio Cine velar porque se cumpla lo orientado en lo referido a la cantidad de personas dentro, la calidad de las propuestas y que no haya ilegalidades en la venta de entradas, como bien están haciendo con visitas nocturnas y nuevas medidas adoptadas, también les corresponde a los integrantes de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) velar por la disciplina en la calle, mas como expresaran en reciente reunión de Recreación sus representantes, no les compete no permitir la estancia porque la calle es pública.

 

Aun cuando la Isla está en mejores condiciones que el resto del país en el control de la pandemia, sabemos que no hay una apertura total de los servicios y centros recreativos y por eso se aglomeran allí tantas personas, en su mayoría jóvenes, lo que sí es inaceptable es la venta de bebidas y otros productos por cuentapropistas que aprovechan la oportunidad, el escándalo, las riñas y modos de actuación poco respetables.

 

Cerrar no puede volver a ser la opción y les compete a las familias de esos muchachos, inspectores y las fuerzas del orden, hacer más en ese sentido, amén de que el Minint y la PNR realizan un trabajo loable durante todo este tiempo de lucha contra la covid y ante provocaciones de los enemigos de la Revolución.

 

Otras medidas habrá que adoptar, pero lo que sí no se puede desvirtuar es la esencia de El Caribeño, que delitos menores e indisciplinas vengan a opacar los esfuerzos realizados por convertir ese lugar en un espacio donde hay propuestas para toda la población.  

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Yojamna Sánchez Ponce de León
Yojamna Sánchez Ponce de León

Licenciada en Literatura y Español en la universidad Carlos Manuel de Céspedes, Isla de la Juventud. Diplomada en Periodismo

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