Bolivia: un antes y un después de Evo Morales

Evo Morales y Álvaro García Linera
Evo Morales y Álvaro García Linera, la fórmula presidencial del pueblo boliviano. Foto: TELESUR

Muchos años atrás, el hombre que ha llevado a su país a índices de primer orden en lo económico y social, en el Estado Plurinacional de Bolivia, fue encarcelado en una base militar en Copacabana, población del departamento de La Paz muy cercana a la frontera con Perú.

Corría el año 1995 y Evo Morales soportaba insultos e indagaciones, por defender sus derechos y los del sector cocalero. Sin embargo, el apelativo expresado con más odio por parte de sus captores fue el de indio, palabra convertida en un insulto en bocas sin moral, pero la cual fue y es para este hombre uno de sus grandes valores.

Actualmente aquel indio, Evo Morales, es muy querido por su pueblo y sigue poniendo en alto sus raíces aborígenes.

Además, lucha incansablemente por seguir erradicando males sociales que años atrás hacían de su país una nación sin futuro.

Sin embargo, algunas personas ajenas a esta realidad, desde latitudes diferentes, o en la comodidad de sus hogares, critican la decisión de este líder a postularse para un cuarto mandato, obviando el innegable apoyo de su pueblo y las cifras que sin duda ratifican sus aciertos.

BOLIVIA ANTES DE EVO

Un oportuno comentario del diario mexicano La Jornada recuerda cómo en Bolivia unos pocos poseedores del capital explotaban a los aymaras, quechuas,
guaraníes y otros pueblos originarios, etnias que conforman el universo boliviano y que veían cómo eran irrespetados sus más simples derechos.

Señala el texto del rotativo que el 90 % de la población rural vivía en la pobreza, por lo que esa nación formaba junto a Honduras y Haití una triada de porvenir incierto, con los peores índices de desarrollo humano en la región. Al mismo tiempo, las empresas que alguna vez fueron públicas luego de la llegada al poder de gobiernos oligarcas desde 1952, se convirtieron en privadas, y presidentes de turno hicieron fortuna hipotecando el bienestar de las personas y los bienes que debían proteger, no malversar.

Sin embargo, y como bien indica el especialista Darío Restrepo en un estudio realizado por la Universidad Nacional de Colombia, con la llegada al poder de Morales se inició un programa contrario al imperante durante los últimos 20 años.

«(…) en vez de exclusiva democracia representativa, reclamo del poder hacia comunidades, pueblos y organizaciones indígenas, campesinas y populares; en vez de reclamarse el presidente de una Bolivia moderna, occidental y liberal, expresó el anhelo de un Bolivia multinacional, crítica
del “Estado colonial” y de la democracia liberal y burguesa», resalta.

BOLIVIA CON EVO

Según el diario chileno La Tercera, en los últimos 12 años la economía boliviana ha crecido 4,9 % anual, superando con creces el promedio regional de 2,7 % y triplicando su PIB desde 11 520 millones de dólares hasta los 37 776 millones actuales.

Esta publicación asegura, además, que, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) del país, la inflación registró un alza de apenas el 2,7 % en 2017, la cifra más baja en diez años, mientras el mercado laboral se fortalece.

Por otro lado, en una entrevista realizada al mandatario boliviano por BBC Mundo, Evo comentaba como otra de las batallas ganadas por su Gobierno, el hecho de que durante tres o cuatro años consecutivos su nación fue la primera en crecimiento económico de toda Sudamérica. «Eso nunca sucedió desde la fundación de la República», reafirmó.

Otro de los grandes logros bajo su liderazgo ha sido la reducción del sector más desprovisto de recursos. Según Telesur, en el año 2017 Bolivia hizo considerables esfuerzos por reducir la pobreza, descendiendo a su nivel histórico más bajo, al ubicarse en el 36,4 %.

El ingreso mínimo ha aumentado hasta el 127 % y el salario mínimo de los trabajadores es el segundo mejor de América Latina.

Pero la población no solo se benefició en materia económica. Como bien cuenta el Presidente boliviano en esa entrevista: «El sector más humillado y marginado, que era el de las mujeres de todas las clases sociales e indígenas, ahora tiene espacios en el Estado Plurinacional.

Todos tenemos los mismos derechos y deberes», recalcó.

Según el analista Hugo Siles, «la historia contemporánea de Bolivia se divide en dos: antes y después de Evo Morales». Además, recalca para La Nación que «Bolivia ha cambiado sustancialmente en la última década, hay un antes y un después de Evo Morales. Es una nación muy distinta social, económica y políticamente. La llegada de Morales implicó un cambio de 180 grados en temas como el manejo de recursos naturales y la inclusión de los pueblos indígenas».

Al mismo tiempo, Siles reconoce que queda mucho por hacer, sobre todo en temas referentes a reformas o cambios en el sistema judicial y en un mayor reconocimiento de la población LGBT+.

Este hombre simple, de familia humilde, quien tuvo que trabajar de ladrillero, panadero y trompetero para pagar sus estudios, fue tildado de terrorista y satanizado por la oposición para frenar sus aspiraciones políticas. Sin embargo, en el año 2005 ganaba las elecciones presidenciales con el 53,7 % de los
votos, apoyo que sigue cosechando en nuestros días.

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