Asunto de soberanía y de todos

Tomada de Intenet

Durante la etapa de recuperación de la covid-19, donde es evidente el control de la epidemia, logramos trabajar en varios frentes, todos concatenados con el desempeño del Gobierno y la participación popular.

Por ese camino andan la Política para Impulsar el Desarrollo Territorial (PIDT) y el Plan de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional de Cuba, aprobados recientemente y orientados al desarrollo de la economía y a destrabar los nudos presentes aún en la ejecución de las potencialidades locales.

Un significativo paso adelante en la materialización del artículo 68 de la Constitución –donde se reconoce la autonomía y personalidad jurídica de los municipios– representa la referida PIDT, la cual abre el camino a la eliminación de la tradición vertical, centralista y sectorial, al colocar al Municipio como actor clave del desarrollo y que a este nivel territorial comienza a ocupar el lugar que el país necesita.

Por su parte el Plan de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional, aporta importantes referentes conceptuales y prácticos en momentos en que los cubanos nos proponemos sustanciales cambios en el sector agropecuario para enfatizar en el proceso integral de producción, transformación, comercialización y consumo de alimentos, así como a la accesibilidad, calidad, inocuidad y cualidades nutritivas de cuanto consumimos.

Hasta agosto más de 150 solicitudes de tierras estaban en proceso  en el territorio, cifra aumentada ante el llamado de la máxima dirección del país a potenciar la producción de alimentos.  La Oficina de la tierra, en la Delegación de la Agricultura, llegó a atender en un día 70 solicitudes, esto demandó un intenso esfuerzo del personal para responder al reclamo de los interesados en hacerse usufructuarios y contribuir con sus aportes a la alimentación de sus familiares y del resto de la población.

Si a esto sumamos que las comunidades agrícolas amplían ese vínculo con las áreas aledañas, la selección en septiembre último de 150 Patios de Referencia en la campaña Cultiva tu Pedacito impulsada por los Comités de Defensa de la Revolución y las movilizaciones de colectivos y barriadas a organopónicos y demás unidades de la agricultura urbana, nos percatamos del protagonismo popular en ese propósito.

Es admirable cómo en los meses abril, mayo y junio, de intenso esfuerzo por enfrentar al mortal virus, no se detuvo la solicitud de tierra y tampoco interrumpieron su labor los trabajadores agropecuarios, cooperativistas y campesinos.

Pero, como argumentara el presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez: “El éxito no es haber llegado a una estrategia que cuenta con el apoyo popular”; el éxito y el reto ahora radican en implementarla bien, con rapidez y de manera oportuna, para que nos empiece a dar desarrollo y resultados.

Todo esto tiene el desafío estratégico de impulsar la economía, sustituir las importaciones aún voluminosas en este sector y hacer frente a la impredecible crisis mundial provocada por la covid-19, y al recrudecido y cruel bloqueo del gobierno estadounidense.

Con la fuerza alistada y con la voluntad de seguirnos nutriendo y organizando estamos los pineros en mejores condiciones para implementar y desplegar territorialmente de estas disposiciones y líneas, incluyendo sus evaluaciones económicas, así como mecanismos de control que permitan su perfeccionamiento constante.

En el camino de alcanzar sustentabilidad y aprovechar el potencial del programa de autoabastecimiento local, tienen un peso fundamental los suministros de productos agropecuarios que llevan soluciones rápidas a partir del fortalecimiento de los sistemas locales, entre ellos los polos productivos, los cuales, como los dedicados al arroz, hoy muestran avances incuestionables.

El actual octubre es decisivo en varias campañas de siembra y cosecha de diversos renglones.

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Diego Rodríguez Molina
Diego Rodríguez Molina

Licenciado en Periodismo en la Universidad de La Habana. Tiene más de 40 años en la profesión

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