Aprender a través del juego

Ilustración: Internet

Cada ser humano tiene maneras y estilos de aprendizaje distintos. Los niños no evolucionan al mismo ritmo, algunos necesitan más tiempo para asimilar, aprender, captar…, fundamentalmente aquellos con necesidades educativas especiales; es ahí donde cobra vital importancia la labor del sicopedagogo en el sistema formativo.

Una de las especialidades que apoyan de manera significativa la labor docente en las escuelas es la Sicopedagogía, profesión con enfoque interdisciplinario en busca de optimizar el proceso de enseñanza aprendizaje mediante la aplicación de métodos y recursos didácticos, facilitando el desarrollo y la construcción de conocimientos en base a las limitaciones o competencias de los estudiantes.

El especialista debe instruir y animar a los escolares, como también identificar los problemas, diagnosticarlos y elaborar un plan de estudio personalizado, con herramientas y ejercicios atractivos para el infante.

Ibelice Coca Marín, experimentada educadora en esta área, comentó al respecto: “Es un trabajo muy dedicado porque atendemos la memoria del pensamiento de los niños de una forma agradable, diferente, lo unimos a la pedagogía, pero trabajamos la siquis mediante el juego, actividades motivadoras; ellos se sienten bien en el salón y tenemos buena comunicación durante el proceso”.

Coca Marín, quien labora como sicopedagoga en la escuela Lázaro Mesa Gómez, en La Fe, subrayó además: “Les gustan mucho los juegos didácticos, las adivinanzas, los cuentos, hacemos actividades del absurdo donde ellos desarrollan su imaginación”.

Abordar el comportamiento de los alumnos y las dificultades sicológicas en el proceso docente constituye una de las tareas más nobles dentro de la profesión del magisterio, pues de manera específica y cercana atienden y apoyan a aquellos con necesidades educativas especiales, a la vez que mejoran el sistema instructivo.

Lograr el satisfactorio desenvolvimiento del menor en el ámbito educacional es su misión, por ello el quehacer es sistemático e integrador, donde el docente y la familia también deben apoyar en la realización de los ejercicios orientados por el especialista.

“Hoy –expresó Ibelice Coca– estuvimos trabajando un tipo de texto: la receta, comenzamos conversando acerca de lo que ella hace en la casa; me dijo que hace merengue, limonada, flan; entonces, qué ingredientes utilizas para hacer el flan, cómo lo haces.

“La conversación fue de forma oral, pero luego pasamos a la escritura sobre todo lo que me había dicho, y lo hizo muy bien, estuvo motivada. Luego proseguimos con otras preguntas como ¿qué otra receta existe? La del médico, para comprar medicamentos en la farmacia. Y así aprenden, todo va implícito y se hace jugando”.

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