Amor inmenso y sin medidas

 

 

 

 

 

 

 

 

Por Casandra Almira Maqueira

Mamá, ese ser tan grandioso en el que muchas –aún desconfiadas por fallar– ansiamos convertirnos.

Entonces llega el día y el dolor del parto se disfraza en alegría al traer al mundo un fruto por el cual velaremos el resto de nuestra existencia. Ahí es donde una se vuelve más juiciosa y empieza a comprender algunas cosas antes inexplicables.

Ya me lo decían a mí: “Hija eres y madre serás” ¡Cuánto de razón tenía la frase!, más ahora cuando en mi vientre florece otra vida, la segunda que entre mimos y regaños irá descubriendo pasos de una mano que nunca la soltará.
Aún siendo joven tiene la reflexión de una anciana y ya en la vejez trabaja con el vigor de la juventud, e incluso, en la ignorancia descubre los secretos de la vida con más acierto que un sabio.

Todos los días es su día porque en cada segundo, minuto u hora entrega  sacrificios a quienes concibe con ternura desmedida.

Mañana será otro domingo de esos llenos de felicidad por ser el Día de las Madres y no bastará con un beso, abrazo y una flor para agradecer su amor inmenso y desmedido expresado en cada mirada, gesto o acento de sus labios.

 

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Isla de la Juventud
Karelia Álvarez Rosell
Karelia Álvarez Rosell

Licenciada en Defectología en la Universidad Carlos Manuel de Céspedes, Isla de la Juventud. Diplomada en Periodismo con más de 30 años en la profesión.

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